Actualidad

Cimbra Histórica. Uso de radio-teléfonos en la Construcción

Jueves, 03 Marzo, 2022

En 1964, en el número dos de Cimbra, la revista de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, se analizaba la primera prueba llevada en obra pública en España de los radio-teléfonos, sistemas a distancia de comunicación que permitían aportar mayor seguridad en las obras con tráfico rodado. 

Una publicación que nos permite conocer la tecnología de la época y la organización del trabajos por turnos y en materia de seguridad en carreteras todavía con moderada modernidad. 

Los radio-teléfonos

Durante los meses de junio a octubre de 1962, realizó la Jefatura de Obras Públicas de Madrid importantes obras de afirmado entre los kilómetros 10 al 20 de la Carretera Nacional III, de Madrid a Valencia.

Estas obras han transformado una carretea de firme de adoquinado, con bordillos elevados que, por sus características y el número de vehículos, era francamente peligrosa, en una verdadera autopista, ya que habiéndose rellenado el firme con aglomerado asfáltico, aunque se mantiene la misma anchura de aquél, al suprimirse el bordillo elevado y desaparecer con ello el efecto de pared que produce, ha quedado prácticamente ensanchada. 

Un problema de capital importancia que se planteó al iniciarse las obras fue que, al no haber posibilidad de hacer desvíos, aquéllas habían de ser ejecutadas en la faja del firme no afectada por el tránsito, es decir, media calzada, constituida únicamente por una sola vía de tres metros y medio por la que debían circular en ambos sentidos los 5.000 vehículos que, aproximadamente, alcanza la I.M.D. del trozo de carretea que nos ocupa. 

Durante su preparación –anterior a las obras mencionadas-, pudimos conocer el borrador del artículo “El transporte del automóvil (estudio logístico)”, publicado en el número 271 de la revista “Ejército”, correspondiente al mes de agosto de 1962, del que son autores Félix e Hilarión Porras Blanco, Capitales de Infantería, Diplomados de Estado Mayor.

En el mencionado artículo, figura dentro del título “Modalidad del sistema de circulación” un primer apartado que dice así: “Cada cinco kilómetros, aproximadamente, es necesario un puesto de circulación que, formado por una pareja de individuos y dotado con transmisiones, bien telefónica o de radio, estará enlazado con el anterior y con el siguiente”.

El recuerdo del párrafo precedente y nuestras prácticas de Oficial de Ingenieros nos dieron la solución al problema, ya que, si en el artículo citado, con los puestos reguladores del movimiento, de lo que se trataba era de dar fluidez a la circulación. En nuestro caso, nos servirían sencillamente para regular el tránsito, haciéndolo circular alternativamente, una vez en dirección a Madrid y otra, en dirección a Valencia.

Después de adiestrar convenientemente en su uso al personal que había de manejarlos, constituimos los equipos para las obras a que nos venimos refiriendo, que fueron más sencillos que los propugnados por los señores Porras en su artículo, pues estaban formados solamente cada uno por un caminero peón, relevados durante la noche por otra pareja de individuos del mismo Cuerpo. 

La distancia en que se operaba y las características del problema no exigían un número más elevado de individuos en su composición. Fueron dotados de aparatos transmisores-receptores de transistores, transmitiéndose de uno a otro mediante las frases o las claves convenidas las órdenes precisas para cortar o dar el tránsito. 

El tipo y las características de los aparatos empleados fueron los siguientes:

  • Receptor. Completamente superheterodino, con oscilador local controlado por cristal. Suministra 50mW al altavoz. Emplea siete transistores y un díodo.
  • Emisor. Modulación AM de alto nivel. Potencia: 100mW. Paso final controlado por cristal. Emplea dos transistores.
  • Alimentación. Batería de níquel-camino, 10V, tipo recargable, 180 mAH. de capacidad, basada en una hora de descarga. Cada unidad (aparato) puede funcionar de ocho a 10 horas intermitentemente con una carga de batería.
  • Altavoz incorporado que sirve simultáneamente como micrófono; Jack para auriculares, con desconexión automática del altavoz.
  • Pulsador. “push-to-talk” y control de volumen.
  • Antena telescópica incorporada de un metro.
  • Dimensiones: 18*6*4 centímetros.
  • Peso. 540 gramos, incluida la batería.
  • Alcance. En condiciones adversas, algunas manzanas en la ciudad.
  • Condiciones medias. Hasta 1,6 kilómetros (no habiendo obstrucciones).
  • Condiciones favorables. Hasta los 16 kilómetros (sobre agua y con interferencias mínimas).

Ambos lados del tajo de obra se encontraban jalonados con las señales reglamentarias de reducción de velocidad a 60, 40 y 20 kilómetros por hora y en cada uno de los extremos se colocaron sobre ejes verticales unas señales giratorias que eran maniobradas por los agentes de los radio-teléfonos. Estas señales tenían en una cara el “stop” reglamentario y, en la otra, la fleca blanca vertical ascendente sobre fondo azul, que indicaba paso libre. 

Cuando el número de vehículos o la calidad de los mismos –ambulancias, coches del servicio de bomberos u otros análogos-, lo exigían, el agente del lado afectado transmitía al extremo opuesto (pues número dos) la orden de cortar el tránsito y pedía características del último vehículo que había pasado por él.

Al recibir el puesto número dos la orden de corte, colocaba la señal giratoria con el “stop” dirigido hacia los vehículos que llegaban a la obra, con lo que el tránsito quedaba cortado. El agente uno, al llegar a su altura el último vehículo reseñado por el agente dos, hacía girar su señal, presentando a los vehículos ante él detenidos la cara de la flecha de paso libre.

Los camiones empleados en la ejecución de las obras entraban en las mismas incorporados a la columna que circulaba en la dirección correcta para ellos. Al llegar a la altura de la máquina extendedora, pasaban al lado de la vía en construcción hasta que vaciaban su carga y, entonces, esperaban a que se diera la circulación en el sentido de marcha hacia la planta de fabricación. 

No hubo un solo momento en que la máquina extendedora tuviera que parar por carencia de camión de trabajo, debido a dificultades de circulación.

Con la utilización de los radio-teléfonos en la regulación del tránsito durante las obras, se consiguió que los caminos, que ordinaria y regularmente recorren la carretera entre Madrid y las graveras del Puente de Arganda, pudieran hacer su trabajo sin disminuir su ritmo acostumbrado. 

El hecho de utilizar por primera vez radio-teléfonos para regular el tránsito en una obra pública de España motivó que los equipos de Radio Nacional de España se trasladasen al emplazamiento de las obras para hacer una información sobre su utilización y resultados, información que fue transmitida en una de sus emisiones de “La última hora de la actualidad”.

De la eficacia del método empleado nos da idea el hecho de que, durante los 69 días efectivos de trabajo, que transcurrieron en la ejecución de las obras, se calcula que circularon unos 345.000 vehículos, de los cuales el 60 por ciento fueron caminos pesados y de grandes dimensiones, no teniéndose que lamentar más que un accidente, del que fue protagonista un motorista, afortunadamente sin consecuencias graves, por exceso de velocidad. 

La experiencia realizada, como hemos dicho antes, por primera vez en España, con resultados francamente optimistas, permite asegurar su utilización, bien por los servicios del Ministerio de Obras Públicas, bien por las Fuerzas Armadas, en casos de cortes o destrucciones de vías de comunicación, en ocasión de catástrofes o como consecuencia de conflictos armados, en los que haya necesidad de hacer circular en ambas direcciones un gran número de vehículos por una sola vía de reducidas dimensiones, sin interferir los trabajos de reconstrucción o rehabilitación de la vía destruida.

Esperamos que estas ligeras notas puedan servir para despertar el interés sobre el tema y llegar al establecimiento de normas totalmente eficaces, labor que, en definitiva, se traduce en trabajar con más eficiencia al servicio y engrandecimiento del país. 

Autor. Ignacio Carbonell Angulo, Ayudante de Obras Públicas.

Artículo publicado en el número dos de Cimbra, correspondiente a los meses de marzo-abril de 1964.