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El Ingeniero Civil en… La crisis energética internacional

Martes, 06 Septiembre, 2022

El pasado 24 de febrero de 2022, dio inicio la invasión de Rusia a Ucrania, con un conflicto que se alarga en el tiempo y que, por el momento, parece no tener un cese inmediato. 

Con motivo del mismo, se han producido una serie de hechos, especialmente motivados por Rusia, que han puesto en jaque el suministro energético en todo el mundo, especialmente en Europa, que ve cómo su invierno ya se encuentra a la vuelta de la esquina. 

Tal y como avanzaba en junio El Mundo, la situación energética mundial se resume en el papel de Estados Unidos (que se ha convertido en el mayor exportador de Gas Natural Licuado en Europa), en el del Golfo Pérsico (se presume que se incrementará su extracción de petróleo) y China (fábrica internacional de carbón, altamente demandado). 

“La guerra en Ucrania ha sido el gran remate para el mundo de la energía. Ya 2021 fue un año complicado en los precios por el efecto que tuvo la gran recuperación económica tras la crisis de la COVID. Pero la invasión rusa ha elevado aún más la tensión, ante la amenaza de una potencial escasez de recursos en gran parte del mundo occidental. El precio del Brent ilustra muy bien esta tormenta: a mediados de abril de 2020, con el mundo confinado por la pandemia, un barril de petróleo podía comprarse en el mercado internacional por apenas 28 dólares. Dos años después, con las bombas cayendo sobre Kiev, ese mismo barril ha llegado a costar 129 dólares (El Mundo)”. 

Normalmente, el 40% del gas europeo procede de Rusia. EEUU, Noruega, Argelia o Israel son ahora los nuevos países en los que pedir ayuda, mientras se buscan soluciones al consumo y, especialmente, al precio.

Surge, así, la carrera energética para la búsqueda de opciones verdes, fáciles de producir y que utilicen infraestructuras ya instaladas previamente. La Agenda 2030 se acelera para la consecución de soluciones inmediatas y que difícilmente pueden conseguirse para este invierno. 

Entre todas las opciones, ¿dónde entra el Ingeniero Civil? Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas hemos hecho referencia previamente a la participación de nuestros profesionales en la renovación energética mundial. El diseño, la construcción y la gestión de la mayoría de las infraestructuras verdes pasan por nuestros Ingenieros Civiles. Ahora, éstos han de dar un nuevo paso en una de las construcciones más esperadas en Europa y que atañe directamente a España. 

Gasoducto MidCat

El gasoducto MidCat es una de las infraestructuras que se ha convertido en noticia en las últimas semanas. Se trata de un proyecto antiguo, del que ya se hablaba por 2015. Sin embargo, en 2019 se optó por no llevar a cabo el proyecto ante el estudio de las dos empresas líderes del sector en España y en Francia, Enagás y Teréga, que lo desestimaron por su poca rentabilidad. 

Este año, el proyecto, abandonado en un principio por ambos gobiernos y por la Unión Europea, vuelve a estar en la mente de todos. Presenta una inversión estimada de 370 millones de euros solo en la parte española, que supone 100 kilómetros de tuberías: “Es el coste de la tubería y una estación de compresión para hidrógeno renovable, cuya construcción debería facilitar la transición hacia esa energía. Además, este plan implicaría otros gastos en infraestructuras en ambos países y la capacidad del conducto sería de 7.000 millones de metros cúbicos (bcm), 20 Minutos”. 

El principal obstáculo, no obstante, es el gobierno francés que si bien ha abierto la puerta al estudio, se está encontrando la negativa de los principales grupos ecologistas del país. Mientras que España piensa en su capacidad de regasificar Europa (con un 34% del gas total), el país vecino busca diferentes opciones, como el fomento de la energía nuclear, que ya se considera verde ante las circunstancias energéticas de extrema emergencia en las que nos encontramos.  

En el caso de la negativa de Francia, existe una segunda opción, que uniría, través de infraestructuras del gas, Barcelona con Livorno. Más de 700 kilómetros de tuberías para el Mediterráneo para garantizar el gas a países como Alemania.

En todo este proceso de decisiones gubernamentales, tanto locales como supranacionales, los Ingenieros Civiles destacan como los profesionales que han de hacer frente, en tiempo récord, al diseño, a la construcción y a la gestión de una infraestructura, el gasoducto, que ha de permitir el abastecimiento de gas a la población europea.

Un proyecto, que tendría que estar preparado para 2023 (con el fin de no depender de Rusia ni de sus aliados) que es fruto de un estudio previo por parte de Ingenieros Civiles y que permitiría solventar una de las necesidades energéticas más urgentes de la actualidad.

El papel de los Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles, los cuales están habilitados para la firma de proyectos, se enfocaría en:

  • El análisis de la viabilidad del proyecto.
  • La adaptación de la necesidad de suministro a los requerimientos técnicos.
  • El diseño de la infraestructura y, por supuesto, su construcción. 
  • La puesta en marcha de la gran infraestructura y su gestión a lo largo de los años.
  • Las rehabilitaciones, conservaciones y mejoras que sean necesarias durante todo el ciclo de vida del trabajo. 

Una labor transversal que los Ingenieros Civiles están esperando llevar a cabo en los próximos meses y una vez los gobiernos de los países miembros de la Unión Europea (especialmente en lo que se refiere a España y a Francia) cierren el acuerdo final.