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Cimbra Histórica. Ideas para la ordenación de la plaza de Colón de Madrid

Viernes, 07 Octubre, 2022

En 1972, la configuración de la plaza de Colón, en Madrid, era bien distinta. Si bien bailan las fechas de las imágenes encontradas en Internet, lo cierto es que podemos asegurar que existía mucho más espacio para el tráfico rodado que ahora y que, por lo que intuimos del texto que compartimos a continuación, también se daba un mayor número de árboles en torno a la estatua del descubridor. 

En el número 82 de Cimbra, Luis Burillo, ITOP especialista en Urbanismo, analizaba las posibles mejores que se podrían llevar a cabo en este espacio del centro de Madrid. Además, de una manera pionera, dado que ya plantea el enterramiento del tráfico rodado, la creación de barreras naturales ante las emisiones y el ruido, y la creación de un oasis en plena Castellana. 

Un artículo de gran utilidad en la celebración de Octubre Urbano, la iniciativa de la Organización de Naciones Unidas para el desarrollo de acciones de mejora social en las grandes urbes, de la que participa el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas. 


Comenzaré por decir que me he pasado muchos ratos observando cómo se desarrolla la circulación de peatones y de vehículos en la plaza de Colón. Por ello, me permito lanzar unas ideas que, por su sencillez, creo que ni siquiera es necesario tecnicismo alguno, regidas por un humanismo que es el denominador común de toda clase de planteamientos. 

Estas ideas, como todas, están al alcance de los ciudadanos, sin que pueda existir distinción de clases, por lo que no deben ser monopolizadas por las limitaciones impuestas en un concurso de ideas como ha ocurrido en el de la ordenación de la plaza de Colón, que es de suponer que tiene por objeto limitar el número de concursantes.

Debo decir, guiado por la experiencia, que los concursos de proyectos no son eficaces si anteriormente no se han concretado las ideas, circunstancia que debemos tener muy en cuenta: los técnicos son los que deben interpretarlas y llevarlas a la práctica.

Por ello, pretendo aportar dos ideas fundamentales para que se puedan llevar a su ejecución a base de emplear datos rigurosamente exactos, tanto en planimetría como en altimetría, teniendo muy presente, respecto a la prolongación del paseo de la Independencia de Zaragoza, que si importantes son las líneas, no menor es el estudio de las rasantes.

Estas ideas son:

  • Ampliar lo máximo posible la zona destinada a peatones.
  • Hacer la circulación rodada semi-subterránea, excluyendo de esta causa las vías actuales lindantes con los edificios para servicio de los mismos.

Con estas ideas, se duplica o más la parte destinada a parque-bosque y la circulación en cuanto a su ordenación se consigue que sea exactamente igual a la existente sin la complicación del a presencia de peatones. 

A tenor de lo dicho, se cumplen objetivos, todos ellos muy importantes, que pasamos a detallar.

La continuidad del paseo para peatones de Calvo Sotelo a Castellana y dejar el monumento a Colón en el mismo sitio, que considero imprescindible. Primero y principal, por los árboles que lo circundan, que sería muy dolorosa su desaparición y más teniendo en cuenta que ahora se disfrutaría de ellos al tener acceso los peatones.

El punto de vista actual del monumento y se evitarían las grandes dificultades de su traslado (téngase en cuenta su estilo gótico, labor de filigrana, muy delicado de tocar).

Hablamos, ante todo, labor humanitaria, tomando como base de organización el rendir culto al árbol. Convirtamos en topos a los coches y no a los peatones. Su diferencia de tiempo en recorrido de diez a uno como mínimo lo impone. Todo ello, en aras del espacio público y del peatón como usuario. 

Además, para evitar la contaminación atmosférica, los gases pueden ser dominados y depurados, dándoles salida al exterior por grandes y numerosas chimeneas.

Como comentábamos anteriormente, si los trazados en planta tienen importancia, no menos la tienen los trazados en altura. Al gozar de grandes espacios, no hay dificultades para convertir la circulación, como en este caso, en semi-subterránea, haciendo uso de grandes bocas en sentido longitudinal para aminorar lo más posible las pendientes que se originan.

Reconozcamos que estas grandes reformas hay que dedicarlas principalmente pensando en el solaz y recreo del ser humano: nada de escaleras y aceras rodantes. Por tanto, tampoco nada de un centro urbano de facilidades con galerías comerciales, agencias, banco, etc. y tampoco aparcamientos públicos subterráneos que puedan congestionar la zona afectada, ya que debemos tener muy en cuenta que esta vida subterránea es triste y enfermiza. 

Nada, además, de lugares a los que pueda acudir la gente para otras actividades que no sea la contemplativa y tranquilizante que exige un parque-bosque para descansar y respirar bien y más todavía en este caso tan excepcional en el que no existen los inconvenientes de los desplazamientos, dado que estamos en el centro de Madrid.

No asociemos con el aire ese aire llamado “libreâ€, creando un gran pulmón. Con la zona que tomamos o empleamos, la reforma afecta dos monumentos, el de Colón y el edificio destinado a la Biblioteca Nacional. De la Biblioteca Nacional se deben suprimir las verjas y respetar los templetes de las mismas, que se pueden considerar auténticos monumentos. En estos tiempos en que los bancos se hacen sin rejas, ¿qué objeto tienen los cerramientos con verja de los grandes edificios?

Hablemos, a grandes rasgos, de rasantes, partiendo de la base de la actual plaza de Colón, incluyendo el solar de la Casa de la Moneda, forman una vaguada con relación a las vías públicas que limitan su perímetro, por lo que sería muy conveniente elevar la rasante, que beneficiaría las bocas o las entradas del semi-subterráneo, particularmente la boca de Génova. Así, se elevaría unos tres metros junto al monumento a Colón (dejando a la misma altura lo que supone el óvalo actual), con lo que se conseguiría aminorar la rasante. Al entrar en pendiente, ésta sería muy inferior al tanto por ciento de la misma. 

En las bocas de Calvo Sotelo y Castellana, debido al extraordinario servicio de coches, al disponer de grandes longitudes, daremos como resultado unas rasantes exiguas, que contribuirán a una normal circulación de vehículos. 

En las rasantes, se han tenido en cuenta las vías del suburbano y del Metro y se puede suprimir el paso inferior Renfe, en las salidas a Colón y a Biblioteca Nacional.

La gran superficie de parque-bosque conseguida debe tratarse con la máxima reserva de espacios para zonas de arbolado y, en menor proporción, prados, jardines y agua. Todo ello, con variado movimiento de curvas de nivel para adquirir más forma de parque-bosque natural.

Limitemos la plaza de Colón en su parte con la calle de Serrano, al continuar ésta con su misma rasante en arroyo y en aceras, con filas de árboles trasplantados y de fácil desarrollo en forma de parapeto para evitar los ruidos, la vista de los coches y, en lo posible, que no se vean las fachadas de las casas. 

Asimismo, habrá que crear unas pérgolas cubiertas para el descenso y el refugio del público, tan necesario cuando de forma rápida e intempestiva se enfada la naturaleza. Ni qué decir, además, que existirán casetas artísticas destinadas a cuartos de aseo.

Como final, diré que, aceptadas estas ideas, procede su estudio para mejorarlas y ultimarlas en detalle mediante concursos entre técnicos competentes para que resulte, además de un conjunto práctico, un conjunto artístico. Es decir, crear bienestar y belleza, todo ello libre de contaminación atmosférica, sin olvidar que el ruido es también un factor contaminante. 

¡Qué gran finalidad! Arrebatar unos 100.000 metros cuadrados al centro vial de Madrid para convertirlos en plena naturaleza, una naturaleza limpia, sana y de grandes y de bellas perspectivas. 

Autor. Luis Burillo Hernández. Ingeniero Técnico en Urbanismo. 

Artículo perteneciente al número 82 de Cimbra, referente al mes de febrero de 1972.

Puedes acceder a los últimos números de Cimbra, la revista de Ingeniería Civil del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, aquí.Â