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Grandes profesionales de la Ingeniería Civil. Araceli Sánchez

Miércoles, 03 Julio, 2024

Terminamos la campaña de “Grandes profesionales de la Ingeniería Civil†del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas con un claro homenaje a las mujeres. Si bien nuestros anteriores artículos han ido encaminados a destacados Ingenieros, lo cierto es que las mujeres también han tenido un papel importante en la profesión.

Si bien la ITOP y la Ingeniería Civil han sido mayoritariamente masculinas, no podemos dejar de lado a grandes pioneras en el trabajo femenino en la Construcción. Es el caso de Carmen de Andrés o de Araceli Sánchez Urquijo, la primera en desempeñar la profesión en nuestro país y con una historia personal digna de mencionar.

El “Ingeniero Sánchezâ€, como firmaba su proyecto, fue una niña de la guerra, criada en la antigua URSS. Nacida en 1920 (fallecida en 2010) en Sestao (Vizcaya), “se graduó como Ingeniera Civil de Obras Hidráulicas en el Instituto Energético de Moscú en 1949. Comenzó a ejercer como Ingeniera en Uzbekistán, y durante cinco años trabajó en Asia central construyendo centrales hidráulicas y líneas eléctricas. A finales de 1956, Sánchez Urquijo regresó a España, donde su título universitario sería reconocido tras un acuerdo para reconocer los títulos soviéticos de los Niños de Rusia exiliados durante la Guerra civil española (Wikipedia)â€. 

A su vuelta, los inicios fueron, cuanto menos, anecdóticos. Se presentó a las pruebas para la consecución de un puesto de trabajo como Ingeniero en la empresa suiza Isodel Sprecher, en Madrid. El portero, convencido de que era una mujer de la limpieza, le propuso volver más tarde, cuando no hubiera trabajadores en las instalaciones. Accedió al recinto y venció su plaza, la cual conservó hasta 1987, año de su jubilación.

Bajo su mando, contó con una plantilla de 150 trabajadores y, bajo la dirección de uno de los propietarios, Clemente Cebrián, pudo desarrollar la tecnología más moderna que había llegado a nuestro país, fruto de su experiencia en el extranjero. 

“Su cometido consistía en adaptar tanto los proyectos españoles como los que llegaban de Estados Unidos para la construcción de centrales hidráulicas, térmicas y nucleares. Trabajó con Ernesto Botella, padre de Ana Botella, que la seleccionó para su equipo porque sabía de su dominio tecnológico. “Los dos primeros años fueron un pulso continuo con los ingenierosâ€, recordaba Araceli. “Los planos que dibujaban eran un desastre y yo se los devolvía con las correspondientes anotacionesâ€, tal y como comentaba en una entrevista para El País en 1999 y recogida en Madrid Sindical. 

Entre sus logros, ganar un concurso internacional de Kellogg’es para el diseño y la construcción de la refinería de Repsol de Puertollano, en Ciudad Real. Ganó y supuso el primer proyecto internacional de este tipo para Isolux. 

Un hito que la acompañó durante toda su carrera y que permitió, sin duda, que otras mujeres pudieran ejercer la Ingeniería Civil en nuestro país, no solo desde puestos más humildes, sino en cargos relevantes de dirección.

Una vida dedicada a la Ingeniería Civil que compartimos en la última entrega de “Grandes Profesionales†del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas.Â