
Algunas explicaciones históricas de terremotos (I)
Martes, 15 Octubre, 2024Se intenta en el presente trabajo algunas de las hipótesis que a lo largo de la historia se han propuesto para intentar explicar los movimientos violentos de la tierra o movimientos sísmicos, en dos vertientes, primero estudiando el fenómeno tal y como luego intentando explicar el origen y causa de estos movimientos.
En principio debemos pensar que para todos los grandes fenómenos han supuesto tantas explicaciones y causas como sistemas han habido en filosofía. Así se han dado explicaciones de tipo religioso, atribuyendo a distintas deidades, Poseidón, Neptuno... el dominio sobre estos hechos; otras veces las explicaciones entraban en el mundo de la magia de las ciencias ocultas y de los duendes (pez-lobo en Japón) y por supuesto también se han presentado explicaciones científicas y observaciones naturalistas como la de Anaxímenes, Aristóteles, Séneca, Descartes, Laplace, Ampere, Poisson, Lyell, Elie de Beanmont...
Es a partir del siglo XVIII cuando empieza a tener auge la explicación del fenómeno sísmico como una consecuencia del volcanismo.
Nos vamos a limitar al estudio de algunas de las hipótesis que surgieron como consecuencia del terremoto de Lisboa en 1775 y que permanecieron durante más de un siglo, teorías que los estudiosos intentaron corroborar con el terremoto de Andalucía en 1884 y que tuvieron vigencia hasta 1873 con los estudios de Eduardo Suess sobre la teoría tectónica, aunque debió de pasar bastante tiempo, para que la tectónica tomase lugar principal en la teoría y explicación de los terremotos. Hemos tomado como base el magnífico trabajo de don José Ponce de León “Memorias sobre los terremotos”.
Teorías relacionadas con el vulcanismo
Es a raíz del terremoto de Lisboa en 1775 de amplia repercusión en nuestra península, del terremoto de Granada de 1801, del movimiento de Orhihuela de 1829 cuando la teoría volcánica o teoría explosiva de los seísmos toma cuerpo en nuestro país, amparadas en el creciente desarrollo de las experiencias, que en el campo de la química se llevan a cabo, en Francia y en Europa en general.
Conviene primeramente dar algunas ideas del volcanismo tal y como las entendía en la época. Era creencia general que los volcanes tienen su origen en el agua del mar, formándose unos bajo aguas y otros en sus inmediaciones y haciendo los naturalistas y observadores de la época que a medida que el mar se ha retirado de las montañas han sido menos las erupciones, como consecuencia de esto dividen los volcanes en submarinos y terrestres.
Patrin hizo un estudio exhaustivo del tema de los volcanes, observando que los materiales vomitados por los volcanes son de gran volumen, constituyendo una de la causa renovadora de la superficie terrestre, pensando que entonces el subsuelo de la tierra estaría formado por cavernas y huecos de gran volumen. La lógica hacía imposible la suposición de que todo el sur de Europa (zona sísmicamente activa) estuviera sobre una caverna, por lo que se llegó a la conclusión de que esto no era así, intentando explicarla formación de los materiales volcánicos en combinación de determinados gases con un llamado fluido metalífero (fluido del que no se sabía nada hasta la fecha) y cuyo resultado era la formación de cuerpos sólidos. Es decir, Patrin aplicó los conocimientos químicos de la época en la geología(geognosia) dando una explicación de tipo químico que superaba en verosimilitud a las explicaciones que la física había dado hasta entonces.
A esta primera explicación, Ponce León observaba dado su interpretación geológica, diciendo que las montañas primitivas estaban formadas de pizarras que en principio se construían en estratos horizontales, estos estratos han ido rompiendo y tomando distintas posiciones e inclinaciones debido a los movimientos terrestres, constituyen nuevas montañas. Observando luego la situación de los volcanes conocidos, resulta que estos son más abundantes en las zonas apartadas de los polos, en donde las aguas marinas son más saladas, por lo cual supone que la sal marina está relacionada con fenómeno, explicándolo del siguiente modo: las pizarras primitivas contienen entre sus hojas sulfato, óxido de metales, carbón y ácido sulfúrico libre que continuamente se están formando por la combustión de azufre, sirviendo estas hojas pizarrosas, como respiradero, por donde se dirigen los gases que se forman por la descomposición del agua y desde la sal marina y al mismo tiempo sirviendo de conductores del fluido eléctrico por los metales que contienen, el carácter no es más que la unión de todos los respiraderos que forma las hojas pizarrosas en un mismo lugar o foco.
Era creencia que terremoto y vulcanismo eran un mismo fenómeno, que se manifestaba de modo distinto, siendo por tanto su causa la misma, afirmando que un terremoto no se diferencia de un volcán, más que en la fuerza y en sus efectos. A partir de esto clasificaban los terremotos en dos clases diferentes, es decir, los que ocurren en zonas próximas los que no acompañan a los volcanes, o terremotos que se sienten en las zonas interiores, apartadas del mar.
Otras teorías
Los movimientos sísmicos asociados al vulcanismo, que daban pues explicados por la teoría de arriba expuesta, pues por interpretar los movimientos que se producían tierra adentro (aunque siempre cerca del mar). Se proponen otras causas principales de este tipo de temblores:
Teoría del hundimiento
Terremotos aéreos o provocados por hundimientos: eran aquellos que tenían su origen en la comprensión que sufre en el aire en el hundimiento de agua caverna subterránea y la explicación dada era la siguiente: como consecuencia de la disolución de cuentas ricas, por las aguas subterráneas, fenómenos cársticos, y arrastre que dichas aguas provocan en las zonas de arenas y suelos poco coherentes, en el subsuelo hay zonas con abundancia de cavernas y huecos, llenos de aire y de agua, formando hidrofilacios (acuíferos) que dan lugar en la superficie a fuentes y aerofilacios que expulsan el aire.
Estas corrientes de agua van socavando el sostenimiento de estas cuevas provocando su hundimiento, como consecuencia de éste, la superficie terrestre local se deforma y las montañas y cerros se desplazan, estableciéndose en muchos casos una comunicación subterránea o entre puntos separados entre sí.
Si el hundimiento de la caverna es total el aire que ocupaba el volumen de la caverna, se ve obligado a dirigirse por los estrechos conductores de las aguas y por las hendiduras y fisuras que pudiera tener el terreno. El impulso con que este aire se ve empujado y la compresión a que es sometido al pasar del volumen de la cueva a ocupar el de los conductos, fisuras, etc., provocan unos choques de masas que hacen temblar la tierra, no comunicándose este temblor grandes distancia; son pues características de este tipo de seísmo el gran ruido que se produce (provocado por la compresión de los gases) y un gran estremecimiento o temblor superficial de la tierra. Si el hundimiento de la caverna es parcial, no existe temblor ya que, aunque se desprende parte del elemento sólido constituyente de la caverna, el aire no se ve obligado a pasar de ocupar un gran volumen a ocupar otro más pequeño, por lo tanto, se escucharán ruidos grandes, pero no habrá temblor.
Teoría ígnea
Otra teoría es la llamada ígnea: y está basada en el desprendimiento del calor por la descomposición de las piritas por el agua. Veamos su explicación: una vez que el agua penetra en el interior de la tierra se puede encontrar con bancos de carbón y piritas que humedecen mezclándose con ellos la masa húmeda se va calentando, descomponiéndose el agua, se desprende entonces calor y gas hidrógeno sulfurado, si estos gases no encuentran alguna salida hacia el exterior se inflaman, provocando una fuerte denotación que provoca un gran temblor que la tierra está apretada y no tengan salida los gases producidos.
Esta teoría es particularmente importante ya que es consecuencia del desarrollo de la química en Europa y en particular de los experimentos de Lémiri y Baume, fue defendida por Davy.
Lémeri fue el primero que hizo la experiencia con 40 libras de limadura de hierro, otras tantas de azufre y el agua necesaria para amasarlas enterrando la mezcla. Baume hizo el mismo experimento con200 libras, esta masa se encendió a las 24 horas subiendo la llama varios centímetros de altura, estuvo ardiendo durante tres minutos y permaneció al rojo vivo 40 horas, produciéndose un pequeño temblor en la zona donde había sido enterrada la mezcla. Este experimento sufrió incluso críticas en la época, apuntando que en el lugar de limaduras de hierro se deberían haber empleado hierro mineralizado, argumentando que en este estado es como se encentra en la naturaleza y el temblor conseguido habría sido mayor.
Es importante observarla importancia que se daba en la época a cualquier comprobación de tipo experimental que se pudiera llevar a cabo, afirmando Ponce de León en sus memorias: “La causa de los terremotos estaría todavía incógnita si la química no hubiera aplicado sus luces a iluminar el fenómeno tan oculto, la química sola es la que puede dar alguna certeza en los hechos de la naturaleza y en terremoto no sólo ha manifestado la causa que lo produce, sino que los ha producido artificialmente” Quizás este triunfalismo a favor de la química se debiera, cómo no, al desarrollo de ésta, y al desconocimiento de la geología; el mismo autor nos habla en 1801 del desconocimiento en nuestro país de la geognosia, desconocimiento de las montañas, materiales de que se constituyen y formación y estructura de éstos, para afirmar nuevamente “los alemanes nos han dado muchos conocimientos geognósticos, pero más particularmente los químicos franceses han tratado el tema de los terremotos y volcanes con singular acierto”.