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Ingeniería Civil para dummies. Grados habilitantes y no habilitantes

Martes, 28 Enero, 2025

En esta nueva entrega de Ingeniería Civil para Dummies, ahondamos sobre la diferencia entre un grado en Ingeniería habilitante y uno no habilitante, una polémica que, aunque recientemente los medios de comunicación han comenzado a tratar, es un problema que lleva años afectando a nuestro sector. 

En la ingeniería, muchos estudiantes se gradúan de titulaciones que, aunque les proporcionan la formación suficiente para tener las habilidades necesarias, no les permiten acceder de forma inmediata al ejercicio profesional sin realizar trámites adicionales con tasas burocráticas y económicas u obtener un título complementario en forma de máster. Esto genera una gran incertidumbre, ya que los graduados, tras años de estudios y esfuerzo, se ven obligados a invertir más tiempo y dinero para poder ejercer para lo que decidieron formarse por vocación. Además, la gran mayoría ni siquiera tienen conocimiento de esta distinción entre titulaciones habilitantes y no habilitantes, lo que genera una gran decepción y les toma por sorpresa cuando descubren que su título no les permite acceder de manera inmediata al ejercicio profesional.

Esta falta de claridad y de información  sobre qué títulos habilitan realmente para el ejercicio profesional no solo afecta a los recién graduados, sino que también crea diferencias entre los distintos ámbitos de la misma ingeniería que dificulta la unificación de la profesión. En la mayoría de países de Europa, esta información es mucho mas clara y los estudiantes, al saber lo que podrían o no hacer, toman decisiones mas conscientes. Sin embargo, en España el retraso de la incorporación de los recién graduados al mundo laboral de la construcción. 

Este alboroto normativo no solo perjudica a los estudiantes, sino que también retarda el progreso de la ingeniería civil como sector, al dilatar la incorporación de nuevos profesionales capacitados en puestos clave que contribuyan al desarrollo de infraestructuras esenciales para la sociedad. Mientras, los países de nuestro entorno avanzan en la profesionalización de la ingeniería con sistemas más transparentes, España debe abordar con urgencia esta disparidad para dar respuesta a las necesidades de los nuevos ingenieros y para garantizar que la profesión mantenga su competitividad y adaptabilidad a los retos del siglo XXI.

Así, solo a través de un compromiso colectivo y una legislación moderna que responda a las necesidades actuales, la ingeniería podrá evolucionar hacia un futuro más claro, justo y prometedor para todos los implicados. A medida que el sector de la ingeniería sigue evolucionando y enfrentando retos más complejos, es esencial que el sistema educativo y profesional se adapte a los nuevos tiempos. Los cambios tecnológicos, las nuevas metodologías de construcción y el desarrollo de infraestructuras más sostenibles demandan profesionales altamente capacitados que puedan aportar soluciones innovadoras desde el primer día. Para lograrlo, es crucial que las titulaciones se ajusten a las necesidades del mercado y estén alineadas con las normativas europeas y globales, asegurando así que la ingeniería española no quede rezagada en comparación con otros países que ya han dado pasos importantes en este sentido.