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La Agenda 2030, el CITOP y el Día Mundial de la Tierra (I)

Miércoles, 22 Abril, 2020

La Agenda 2030, con sus 17 Objetivos de aplicación universal, surge de la histórica Cumbre de Desarrollo Sostenible de septiembre de 2015, donde se fijaron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que, desde el uno de enero de 2016, rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el año 2030. 

Con este plan de acción, se pretende que la comunidad internacional y los gobiernos nacionales promuevan la prosperidad y el bienestar común en los próximos 15 años. Pero ese esfuerzo ha de hacerse extensible también al sector privado, la sociedad civil y a todas las personas.

Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, queremos manifestar, una vez más, nuestro compromiso con la Agenda 2030 y con cada uno de sus 17 ODS. Éstos se interrelacionan entre sí e incorporan los desafíos globales a los que nos enfrentamos día a día: pobreza, desigualdad, clima, degradación ambiental, prosperidad, paz y justicia. Para no dejar a nadie atrás, es importante que logremos cumplir cada uno de estos objetivos y hacer balance en 2030.

Tenemos el firme convencimiento de que los ODS son la mejor Hoja de Ruta que ha de llevar a cabo la humanidad.

1. Fin de la pobreza

La pobreza va más allá de la falta de ingresos y recursos para garantizar unos medios de vida sostenibles. La pobreza es un problema de derechos humanos. Entre sus diferentes manifestaciones, figuran el hambre, la malnutrición, la falta de vivienda digna y el acceso limitado a otros servicios básicos como la educación o la salud.

También se encuentran la discriminación y la exclusión social, que incluye la ausencia de la participación de los menos favorecidos en la adopción de decisiones, especialmente en aquellas que les afectan.

Para lograr este Objetivo, el crecimiento económico ha de ser inclusivo, con el fin de crear empleos sostenibles y de promover la igualdad. Los sistemas de protección social deben aplicarse para mitigar los riesgos de los países propensos a sufrir desastres (en este caso, nos encontramos inmersos en una pandemia mundial) y brindar apoyo para enfrentarse a las dificultades económicas.

Estos sistemas ayudarán a fortalecer las respuestas de las poblaciones afectadas ante pérdidas económicas inesperadas durante los desastres y, finalmente, ayudarán a erradicar la pobreza extrema en las zonas más empobrecidas.

2. Hambre cero

Los sectores alimentario y agrícola ofrecen soluciones claves para el desarrollo y son vitales para la eliminación del hambre y la pobreza. Gestionadas de forma adecuada, la agricultura, la silvicultura y la acuicultura pueden suministrar comida nutritiva a todo el planeta, así como generar ingresos decentes, apoyar el desarrollo centrado en las personas del campo y proteger el medio ambiente. 

Pero ahora mismo, nuestros suelos, océanos, bosques y nuestra agua potable y biodiversidad están sufriendo un rápido proceso de degradación debido a procesos de sobreexplotación. 

A esto, se añade el cambio climático, que repercute sobre los recursos de los que dependemos y aumenta los riesgos asociados a los desastres naturales, tales como las sequías y las inundaciones. 

Muchos campesinos ya no pueden ganarse la vida en las tierras que trabajan, lo que les obliga a emigrar a las ciudades en busca de oportunidades.

Las inversiones en agricultura son cruciales para aumentar la capacidad productiva agrícola y los sistemas de producción alimentaria sostenibles son necesarios para ayudar a mitigar las dificultades del hambre.

3. Salud y bienestar

Para lograr los ODS, es fundamental garantizar una vida saludable y promover el bienestar universal. 

Se requerirá aplicar tecnologías más eficaces de combustibles limpios para cocinar y educación sobre los riesgos del tabaco.

Se necesitan muchas más iniciativas para erradicar por completo una amplia gama de enfermedades y para hacer frente a numerosas y variadas cuestiones persistentes y emergentes relativas a la salud.

Si nos centramos en proporcionar una financiación más eficiente de los sistemas de salud, mejorar el saneamiento y la higiene, aumentar el acceso a los servicios médicos y proveer más consejos sobre cómo reducir la contaminación ambiental, lograremos progresos significativos en ayudar a salvar las vidas de millones de personas.

4. Educación de calidad

La educación es la base para mejorar nuestra vida y el desarrollo sostenible. Además de mejorar la calidad de vida de las personas, el acceso a la educación inclusiva y equitativa puede ayudar abastecer a la población local con las herramientas necesarias para desarrollar soluciones innovadoras a los problemas más grandes del mundo.

Las razones de la falta de una educación de calidad son la escasez de profesores capacitados y las malas condiciones de las escuelas de muchas zonas del mundo y las cuestiones de equidad relacionadas con las oportunidades que tienen en niños y niñas de zonas rurales. Para que se brinde educación de calidad a los niños de familias empobrecidas, se necesita invertir en becas educativas, talleres de formación para docentes, construcción de escuelas y una mejora del acceso al agua y a la electricidad en las escuelas. 

5. Igualdad de género

Si bien entre 2000 y 2015, se produjeron avances a nivel mundial con relación a la igualdad entre los géneros gracias a los ODS (incluida la igualdad de acceso a la enseñanza primaria), las mujeres y las niñas siguen sufriendo la discriminación y la violencia en todos los lugares del mundo. 

Si se facilita la igualdad a las mujeres y niñas en el acceso a la educación, a la atención médica, a un trabajo decente y una representación en los procesos de adopción de decisiones políticas y económicas, se estarán impulsando las economías sostenibles y las sociedades y la humanidad en su conjunto se beneficiarán al mismo tiempo.

Establecer nuevos marcos legales sobre la igualdad de las mujeres en el lugar de trabajo y erradicar las prácticas nocivas sobre las mujeres es crucial para acabar con la discriminación basada en el género que prevalece en muchos países del mundo.

6. Agua limpia y saneamiento

El agua libre de impurezas y accesible para todos es parte esencial del mundo en que queremos vivir. Hay suficiente agua dulce en el planeta para lograrlo. Sin embargo, actualmente el reparto del agua no es el adecuado y, para el año 2050, se espera que al menos un 25% de la población mundial viva en un país afectado por escasez crónica y reiterada de agua dulce.

La sequía afecta a algunos de los países más pobres del mundo, recrudece el hambre y la desnutrición.

Esa escasez de recursos hídricos, junto con la mala calidad del agua y el saneamiento inadecuado, repercuten en la seguridad alimentaria, los medios de subsistencia y la oportunidad de educación para las familias pobres en todo el mundo. Afortunadamente, se han hecho algunos avances en la última década y más del 90% de la población mundial tiene acceso a fuentes de agua potable mejoradas.

Necesitamos mejorar el acceso al agua apta para el consumo y al saneamiento y la gestión racional de los ecosistemas de agua dulce entre las comunidades locales en varios países en desarrollo.

7. Energía asequible y no contaminante

La energía es fundamental para casi todos los grandes desafíos y oportunidades a los que hace frente el mundo actualmente. Ya sea para el empleo, la seguridad, el cambio climático, la producción de alimentos o para aumentar los ingresos. El acceso universal a la energía es esencial.

Trabajar para alcanzar las metas de este objetivo es especialmente importante, ya que afecta directamente en la consecución de otros objetivos de desarrollo sostenible. 

Es vital apoyar nuevas iniciativas económicas y laborales que aseguren el acceso universal a los servicios de energía modernos, mejoren el rendimiento energético y aumenten el uso de fuentes renovables para crear comunidades más sostenibles e inclusivas y para la resiliencia ante problemas ambientales como el cambio climático.

El avance en todos los ámbitos de la energía sostenible no está a la altura de lo que se necesita para lograr su acceso universal y alcanzar metas de este ODS. Se debe aumentar el uso de energía renovable en sectores como el de la calefacción y el transporte. Asimismo, son necesarias las inversiones públicas y privadas en energía, así como mayores niveles de financiación y políticas con compromisos más audaces, además de la buena disposición de los países para adoptar nuevas tecnologías en una escala mucho más amplia.

8. Trabajo decente y crecimiento económico

A día de hoy, todavía hay muchos lugares del mundo en los que el hecho de tener un empleo no garantiza la capacidad para escapar de la pobreza. Debemos reflexionar sobre este progreso lento y desigual y revisar nuestras políticas económicas y sociales destinadas a erradicar la pobreza. 

Para conseguir el desarrollo económico sostenible, las sociedades deberán crear las condiciones necesarias para que las personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente.

También tendrá que haber oportunidades laborales para toda la población en edad de trabajar, con condiciones de trabajo decentes.

Asimismo, son componentes esenciales de un crecimiento económico sostenido e inclusivo: el aumento de la productividad laboral, la reducción de la tasa de desempleo (especialmente entre los jóvenes), la mejora del acceso a los servicios financieros para gestionar los ingresos, acumular activos y realizar inversiones productivas. 

El aumento de los compromisos son el comercio, la banca y la infraestructura agrícola también ayudará a aumentar la productividad y a reducir los niveles de desempleo en las regiones más empobrecidas del mundo. 

Si tenemos en cuenta el punto de vista de la Ingeniería Civil, nuestra labor pasa por la gestión responsable de residuos y el mantenimiento de unas condiciones laborales coherentes con lo planteado desde la Agenda 2030. Nuestro objetivo último es el bienestar de la sociedad, tanto en nuestra labor diaria como en el producto final, la infraestructura. 

Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, seguimos apostando por los ODS como un objetivo común pero también como una herramienta para solventar los problemas ocasionados ante el COVID-19 y plantear una recuperación sanitaria y económica desde la sostenibilidad. 

El artículo completo de Cimbra, aquí. 

Fuente: Un.org