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Consideraciones generales en la reparación, refuerzo y protección del hormigón (I)

Jueves, 04 Junio, 2020

El hormigón ha sido y sigue siendo el material de construcción más usado del mundo, lo que nos deja un parque construido inmensamente grande que abarca puentes, edificios, túneles, etc.

Al igual que cualquier otro material, está expuesto a procesos patológicos, daños y factores diversos de deterioro, que requieren de actuaciones de inspección, reparación, refuerzo y protección. Por ello, el sector de la construcción en nuestro país está concediendo cada vez más importancia a estas actividades en las estructuras ya construidas.

A esta situación, hay que añadir fenómenos meteorológicos extraordinarios o accidentes, que causen daños a la estructura. Estos daños, que pueden ser de diversas magnitudes, también requieren reparaciones para que la estructura o el elemento dañado puedan seguir proporcionando el mismo servicio, con el mismo nivel de funcionalidad y seguridad.

Además, si las estructuras cambian su uso, necesitan una adaptación a nuevos requisitos reglamentarios o requieren más capacidad a lo largo de su vida útil, la actividad de refuerzo del hormigón entra de nuevo en juego.

Por todo ello, es notable que las actividades de inspección, reparación, refuerzo y protección del hormigón son cada vez más necesarias. No solo cuando se detectan deterioros, daños por accidentes, cambios de aplicación o procesos patológicos, sino también en el proceso de mantenimiento y conservación, anticipándose a los problemas antes de que aparezcan.

Valoración de la operación y proyecto que realizar

Antes de llevar a cabo cualquier actividad de reparación, refuerzo y/o protección de estructuras o elementos de hormigón, es necesario hacer una valoración global de la operación.

En primer lugar, es imprescindible detectar el daño o el proceso patológico que ha afectado a la estructura o al elemento deteriorado, junto con su extensión y gravedad.

De esta manera, se podrá realizar un diagnóstico completo que permita evaluar la necesidad de restituir el componente dentro de la estructura (para la reparación del mismo), establecer si la estructura va a soportar cargas mayores a las inicialmente planeadas (para reforzarla) o detectar si hay alguna zona que esté desprotegida (para proceder a la protección de la misma). 

Una vez que se haya determinado cuál de estas actividades es la que deberá llevarse a cabo, se realiza un proyecto de reparación, refuerzo o protección donde se especificarán, entre otros puntos, los productos necesarios para realizar la operación. 

El autor debe cumplir con el requisito de solvencia técnica y profesional necesaria para la redacción del proyecto.

Hay que tener en cuenta, además, la planificación del modo de transporte de los mismos hasta la obra, con el fin de evitar retrasos en la llegada de los productos y en los plazos del proyecto, así como las posibles pérdidas económicas.

Del mismo modo, se establecerá dónde almacenar los productos hasta su uso, teniendo en cuenta las especificaciones del fabricante para su almacenaje y la normativa aplicable a estos. 

Antes de lo desarrollado, se han de tomar una serie de decisiones que determinarán no solo la fase inicial, sino también la ejecución y entrega. 

Previamente a comenzar la obra, es necesario decidir y planificar la gestión de los residuos que se generen (reciclado, transporte a vertedero, etc.), en base a la normativa relativa a los mismos.

Durante la obra y a la entrega de la misma, se deben realizar los ensayos y controles estipulados en el Plan de Control de Calidad incluido en el proyecto. Igualmente, a lo largo de la ejecución de la obra, se debe disponer de todo lo necesario para poder realizar los ensayos y controles, contar con un especialista que los realice y cumplir con las condiciones de seguridad y salud que se establezcan en el proyecto.

Terminología

Dado que los términos “mantenimiento”, “reparación”, “refuerzo”, “protección” y “rehabilitación” varían ligeramente de unos países a otros y de unas organizaciones a otras, vamos a tomar como referencia las definiciones que se incluyen en el Informe UNE 41805-1 de Diagnóstico de Edificios ya que, aunque se refieren a edificios, son extrapolables a cualquier tipo de estructura. 

  • Conservación. Aquellas actividades dirigidas a mantener y prolongar la vida de un edificio sin alterar los valores que representa, garantizando su integridad y funcionalidad. 
  • Reparación. Intervención para recuperar las prestaciones de materiales, elementos o sistemas constructivos lesionados de un edificio.
  • Mantenimiento. Conjunto de operaciones y cuidados a efectuar periódicamente para prevenir el deterioro de un edificio y mantenerlo en buen estado.
  • Rehabilitación. Intervención realizada en un edificio dirigida a mejorar su funcionalidad o recuperarla con el fin de ponerlo de nuevo en uso o adaptarlo a un uso distinto del original.
  • Refuerzo. Operación que permite incrementar la capacidad de resistencia de una estructura.
  • Protección. Conjunto de medidas directas e indirectas para fomentar la conservación de un edificio.

Teniendo en cuenta estos conceptos, la conservación se entiende como el conjunto de tareas (mantenimiento, inspecciones, etc.) que se le realizan a una estructura a lo largo de su vida útil para permitir que ésta desarrolle toda su vida de servicio en unas condiciones adecuadas de seguridad y funcionalidad. 

Conviene matizar que la EHE-08 dedica un capítulo completo al mantenimiento, definiéndolo como una actividad de carácter preventivo que evita o retrasa la aparición de problemas que, de lo contrario, tendrían una resolución más complicada y una cuantía económica muy superior. Por tanto, la EHE-08 no hace distinción entre los término de “conservación” y “mantenimiento”.

Plan de mantenimiento

Siguiendo con este concepto, en la EHE-08 se establece la obligación de incluir las condiciones de mantenimiento que deberán aplicarse a la estructura proyectada a lo largo de la vida útil de cualquier proyecto de hormigón, materializándose en el Plan de Mantenimiento que será uno de los anexos del proyecto.

Esta obligación se aplica no solo a los proyectos de obra nueva, sino también a los proyectos de reparación, refuerzo y protección de hormigón, donde se india que el mantenimiento será complementado con la normativa específica que afecte a cada obra particular. 

Teniendo claros los conceptos relativos al mantenimiento de las estructuras y lo elemento de hormigón, es innegable la importancia de ambas actividades. Esto pone de manifiesto la necesidad de considerar conjuntamente todas las fases de la estructura (proyecto, ejecución y control, vida en servicio, etc.), ya que l mantenimiento, durante la vida útil, está condicionado por el proyecto y la ejecución de la obra. 

Es más, si se tiene en cuenta el mantenimiento desde las primeras fases de nacimiento del proyecto, se pueden facilitar y abaratar las tareas de conservación.

El problema reside en que, aunque está la obligación de redactar un Plan de Mantenimiento, no se valora económicamente y no se evalúan conjuntamente todas las fases de vida de la estructura. Por lo tanto, hay un desajuste que provoca que los costes de mantenimiento sean mucho más altos de lo que podrían haber sido.

Las tareas de conservación y mantenimiento no pueden obviarse, ya que son vitales a lo largo de la vida útil de una estructura, así que hay que tener previstos los gastos que estas tareas suponen, realizarse con la periodicidad adecuada y llevarse a cabo por técnicos especializados (o bajo supervisión).


Autor: Asociación de Reparación, Refuerzo y Protección del Hormigón (ARPHO). 

Artículo completo en el número 415 de Cimbra.