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Historia de las mujeres en la Ingeniería

Lunes, 10 Agosto, 2020

El recorrido de las mujeres en la universidad ha sido desigual, también en las carreras de Ingeniería. Si bien tenemos constancia de las primeras inscritas en estudios superiores en el siglo XV, hasta 1785 no contamos con nombres propios que hacen de la carrera profesional femenina un reto en la sociedad de la época.

Ya a lo largo del siglo XIX se abre camino en la incorporación de la mujer en la universidad, siendo María Elena Maseras la primera matriculada oficialmente (no como visitante) y lo hace en Medicina en la Universidad de Barcelona. Pero la dicha dura poco y en 1882 se cierran las puertas de los estudios superiores a las mujeres, siendo decretada una orden en contra de su acceso a la universidad. Las licenciaturas se siguen otorgando a las ya alumnas, consiguiendo las primeras incorporaciones femeninas a las profesiones de Farmacia y de Medicina. 

Tan solo seis años después, se vuelve a aprobar su ingreso en estudios superiores, siempre que éstos dependan de la Dirección General de Instrucción Pública, y ya en 1910, concretamente el simbólico día del ocho de marzo, se aprueba por Real Orden que las mujeres puedan matricularse en enseñanzas oficiales o no oficiales sin consulta previa a la autoridad superior. 

Esta nueva libertad da lugar a una primera mujer licenciada en Ciencias en 1914, María Sordé Xipell. En cuanto al área de la Ingeniería, el recorrido ha de comenzar por Pilar Careaga, la primera mujer ingeniera de España y que ya fue homenajeada por CITOP en el Día Internacional de la Mujer. Con un título en Ingeniería Industrial por la Universidad Politécnica de Madrid, obtenido en 1929, Pilar desarrolló su carrera profesional en el ámbito de la política, llegando a ocupar la alcaldía de Bilbao en 1969. Entre sus logros en la Ingeniería, consiguió ser la primera mujer de España en conducir un ferrocarril.

El 15 de julio de 1936, Matilde Ucelay Maórtua obtuvo su destacado título de Arquitectura, que, por motivos políticos (conseguido tan solo tres días antes del inicio de la Guerra Civil), le llevó a no poder firmar sus primeros proyectos. No obstante esto, su prolífica carrera (con más de 120 trabajos referenciados) le llevó a obtener el Premio Nacional de Arquitectura en 2004. 

En el área de la Ingeniería Técnica de Obras Públicas, hemos de esperar hasta 1941, con la titulación de Consuelo Carré Campo. Matriculada en 1930, es de la primera que se tiene constancia de obtener el título de Ayudante de Obras Públicas en la escuela que fue creada en 1857 por Claudio Moyano. La evolución de la profesión, así como su cambio de nombre, le otorgan el título de primera mujer Ingeniera Técnica de Obras Públicas en España. Poco se sabe de su trayectoria, si bien hay archivos que la sitúan en la Dirección General de Obras Hidráulicas.

Una segunda fase

La historia de las mujeres en la Ingeniería en España en la primera mitad del siglo XX presenta varios condicionantes principales. Por un lado, la tradición y el peso de los géneros en el reparto de roles en la familia. En segundo, el difícil acceso de la población en general a los estudios universitarios superiores. 

No obstante esto, presenciamos una segunda fase más potente, a raíz de la creación de la Universidad Politécnica de Madrid en 1971, que aglutina el conjunto de Escuelas Técnicas que ya existían en España pero que, bajo el paraguas de la nueva entidad, se les da carácter de estudios universitarios. 

En 1973, obtiene el título Carmen de Andrés Conde en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. Le sigue, dos años después, Dolores Norte Gómez, primera Ingeniera de Minas de nuestro país. 

Estos primeros logros dieron lugar a un acceso masivo de las mujeres en las carreras consideradas masculina, con una presencia cada vez mayor en los estudios superiores de nuestro país. 

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