Actualidad

El Ingeniero Civil en... la España Vacía

Jueves, 10 Diciembre, 2020

“Un primer análisis nos revela que el impacto del COVID-19 en las regiones interiores más despobladas es mayor en términos relativos. A partir de los datos del Ministerio de Sanidad, podemos observar que, con fecha 15 de abril, la España vaciada concentra, con 43.180 contagiados y 4.446 fallecidos, el 24,31% y 23,93% del total, respectivamente —casi uno de cada cuatro— cuando solo supone el 16,57% de la población agregada del país”. Así lo determina el informe “La España vacía y las profesiones”, publicado por Unión Profesional.

Se trata de un estudio en el que se determina el papel de las profesiones colegiadas en la España rural durante la COVID. No obstante esto, con base en este artículo, desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, queremos ir más allá y abordar una serie de aspectos intrínsecos a la España vacía y en relación a la Ingeniería Civil. 

Según Unión Profesional, en su serie de artículos publicados en noviembre de 2019, “la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA) apuntaba también según un estudio que el 77% de los autónomos en poblaciones inferiores a los 5.000 habitantes tenía más de 59 de años y solo un 2% menos de 30 años”. Esta falta de emprendimiento también afecta al capital, estando las fortunas de nuestro país, según los últimos datos de Forbes, en las grandes ciudades.

Con falta de mano de obra y con unas condiciones poco apropiadas para la generación de riqueza, ¿cuáles son los pilares para el desarrollo de la España rural?

Según el estudio “Despoblamiento rural: la brecha de la desigualdad”, publicado este año por Luis Camarero (UNED) y Jesús Oliva (Universidad Pública de Navarra) y del que hace referencia La Tribuna de Ciudad Real, nos encontramos ante un problema con largo recorrido en el tiempo y con un punto de no retorno a partir de la crisis económica de 2008. En base a su análisis, se establecen, asimismo, tres pilares fundamentales para el desarrollo económico y social de estas zonas: servicios bancarios, comercio y transporte público. 

Ante este panorama, ¿dónde entra el Ingeniero Civil? En la consecución de infraestructuras viables, seguras y fiables que no solo se centren en el transporte público anteriormente mencionado.

Los ámbitos de la Ingeniería Civil

“Creo que cabe incentivar la actividad económica en esas poblaciones mediante la garantía de determinados servicios públicos mínimos y necesarios. Y solo fondos procedentes de la Unión Europea en virtud del COVID, en favor de un proyecto nuevo, hoy inexistente, y una mejora en las ayudas de la PAC para estas zonas, serían parte de la solución imaginable”. Se trata del discurso del ex Ministro Jaime Lamo de Espinosa durante la inauguración del curso 2019/2020 de la Universidad Politécnica de Madrid.

En dicho texto, se hace referencia a la función del teletrabajo en la recuperación de la población rural, así como en la necesidad de inversión, especialmente ahora que nos encontramos a la espera de los fondos europeos para la recuperación.

En esta situación, el Ingeniero Civil cumple un doble papel: por un lado, el estudio y la gestión de los recursos a favor de la construcción de infraestructuras realmente necesarias para la comunicación y para el desarrollo de estas áreas. En segundo, el control de todo el proceso de la puesta en marcha del proyecto y durante todo su ciclo de vida. 

La apuesta por profesionales capaces de trabajar de manera multidisciplinar con otras ramas de la Ingeniería y con otros sectores de actividad ha de conseguir resultados en pro del poblamiento. 

A la hora de establecer el papel de la Ingeniería Civil en el crecimiento de la España rural, tendemos a enfocarnos en grandes infraestructuras, pensando en autopistas, líneas de alta velocidad, etc. Pero, ¿por qué no empezamos desde abajo? En muchas ocasiones, capitales de provincia cuentan con mejores comunicaciones con Madrid o Barcelona que con municipios de su propio entorno. Por ello, desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, proponemos actuar en los siguientes ámbitos:

  • Carreteras comarcales de calidad. Mejora de los firmes, en la señalización y en los elementos relacionados con la seguridad. Incremento de la inversión en su mantenimiento, dado el estado en el que muchas de ellas se encuentran. 
  • Líneas de Cercanías. El tren es la gran apuesta del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana en su Estrategia 2030, actualmente debatiéndose. Un medio sostenible, y que permite un desplazamiento seguro (independiente del estado del conductor y de la meteorología), rápido y económico. 
  • Infraestructuras básicas. En Lastras del Cuéllar, Segovia, sus habitantes no disfrutan de agua potable. Una noticia, de la que nos hacíamos eco hace unas semanas en el CITOP, que pone en relieve el problema de servicios básicos a los que se enfrentan, de manera diaria, los habitantes de la España rural. El Ingeniero Civil, en este punto, se convierte en indispensable para el suministro de agua, electricidad, saneamiento y, por supuesto, fibra óptica. También para la construcción de instalaciones deportivas y zonas ajardinadas. 
  • Autoconsumo. Con la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, que bebe de los principios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030, hemos dado un paso más hacia el autoconsumo de energía. Los habitantes de los pueblos podrán contar con suministro propio de elementos como luz y calefacción propios, que requieren de  infraestructuras cuanto menos, seguras y que no necesiten un gran mantenimiento, dada la escasez de mano de obra de dichas zonas.
  • Comunicación. El aislamiento es uno de los principales motivos que hacen de la España vacía una opción de vida poco interesante. Ya mencionado anteriormente, Internet es clave para el asentamiento de familias. Según el estudio de Unión Profesional, “entre otros efectos y brechas que también acusa con mayor intensidad la España vaciada se encuentra la falta de una infraestructura de telecomunicaciones más desarrollada pues en los municipios de 2.001 a 5.000 habitantes, solo el 31,7% de los hogares puede tener acceso a conexión de fibra óptica cuando este porcentaje es superior al 90% en los municipios de más de 50.000 personas según el último informe de Cobertura de banda ancha en España que desarrolló el Ministerio de Economía en el 2018”.

El confinamiento ha dejado claro a los habitantes de las ciudades que se requieren espacios abiertos y unas nuevas condiciones en las grandes urbes que, en parte, podría suplir la España vacía. Los urbanitas, muchos de ellos lanzados hacia las zonas periféricas tras la pandemia, se encuentran con la carencia de suministros básicos que condicionan de manera determinante su estancia más allá del verano. 

Por ello y con la mirada puesta en la Agenda 2030, es momento de que la Ingeniería Civil lleve a cabo su papel como acondicionador de espacios para la habitabilidad. El bienestar, con recursos bien administrados y con profesionales a la cabeza de las nuevas construcciones, puede incrementar la población actual de las zonas rurales y frenar lo que ya se ha denominado como “guerra demográfica”. 

Más información, aquí.