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Emily Warren Roebling, pionera en la Ingeniería Civil

Domingo, 02 Mayo, 2021

En el Día de la Madre, el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas rinde homenaje a una de las pioneras de la profesión, Emily Warren Roebling. Considerada la primera Ingeniera Civil de campo, Roebling ha pasado a la historia por ser la Jefa de Obra de la última fase de construcción del famoso puente de Brooklyn. 

Nacida en Nueva York en 1843, a los 22 años conoció al que sería su marido, el Ingeniero Civil Washington Roebling, hijo del diseñador del puente de Brooklyn, John Augustus Roebling. 

Tras la muerte del último, Washington ocupó su lugar. No obstante, una nueva baja se produjo, al verse afectado por el uso de  cajones neumáticos para la cimentación del puente. Todavía con unos efectos desconocidos para la salud de los trabajadores, el responsable cayó enfermo en cama. 

Debido a su debilidad, Emily Warren cogió los mandos, convirtiéndose en la primera Jefa de Obra del mundo. Durante gran parte de la construcción del puente, aproximadamente 14 años, Warren llevó a cabo la gestión del equipo. Gracias a su conocimiento sobre cálculo de estructuras y sobre materiales, el puente de Brooklyn pudo ser inaugurado en 1883. 

Reconocida en vida por su gran labor, fue la primera persona en cruzarlo en carruaje y, a día de hoy, cuenta con una placa que recuerda su gran labor al frente de la construcción de una de las infraestructuras más conocidas del mundo.

Posteriormente, se dedicó a viajar y se graduó en leyes por la Universidad de Nueva York. Murió en 1903, tras una vida llena de éxitos y pasando a la historia como la primera Jefa de Obra del mundo. 

Primera Ingeniera

Si bien Emily Warren Roebling ocupó, por primera vez, el cargo de Jefe de Obra, no es considerada como la primera Ingeniera del mundo. Este título recae en Elisa Leonida Zamfirescu, nacida en Rumanía en 1887.

Zamfirescu fue rechazada, en un primer momento, en la Universidad Politécnica de Bucarest, donde trató de matricularse en la Escuela de Ingeniería Civil. Decidida a formar parte de la profesión, se trasladó hasta Berlín para estudiar en la Universidad Técnica de la ciudad.

Graduada en 1912, ayudó a la eliminación de barreras, estando las mujeres relegadas a “los hijos, la cocina y la iglesia”. Entre sus logros, Zamfirescu trabajó como directora de un hospital de la Cruz Roja durante la Primera Guerra Mundial, y siguió sumando récords. Consiguió ser Directora de los laboratorios en el Instituto Geológico de Rumanía y ser la primera mujer en la Asociación General de Ingenieros de su país. 

Tanto Emily como Elisa han destacado en la Ingeniería Civil por su profesionalidad y por su capacidad de esfuerzo ante un entorno hostil. En una época en la que las mujeres estaban relegadas a un segundo plano, ellas destacaron por méritos propios. 

Desde el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, continuamos luchando para la eliminación de la brecha de género en la profesión, siendo primordial dar protagonismo a todas las trabajadoras que forman parte de las Obras Públicas.