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La Ingeniería Civil en el Plan 2050

Miércoles, 26 Mayo, 2021

El pasado 20 de mayo, el Presidente, Pedro Sánchez, hizo público “España 2050: Fundamentos y propuestas de una Estrategia Nacional de Largo Plazo”, un completo informe que presenta 200 acciones y 50 objetivos para un desarrollo económico y social post-pandémico, elaborado por la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de la Presidencia del Gobierno.

Esta iniciativa se ha creado como respuesta a NextGenerationEU que, según se recoge en la propia página de La Moncloa, es “el mayor instrumento de estímulo económico jamás financiado por la Unión Europea, en respuesta a la crisis sin precedentes causada por el coronavirus. NextGenerationEU tiene como objetivo responder de manera conjunta y coordinada a una de las peores crisis sociales y económicas de nuestra historia y contribuir a reparar los daños causados por la pandemia. Con estos fondos, la Europa posterior a la COVID-19 debe ser más ecológica, más digital y más resiliente a los cambios y retos del futuro”.

La información del Plan 2050 se ha transmitido a través de una web (www.espana2050.com), que recoge toda la documentación llevada a cabo por la Oficina y por los expertos que han colaborado en el proyecto. De esta manera, con más de 600 páginas de datos, recogemos en la web del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas los principales desafíos planteados por el Gobierno:

  • Ser más productivos para crecer mejor.
  • Conquistar la vanguardia educativa.
  • Mejorar la formación y la recualificación de nuestra población.
  • Convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible y resiliente al cambio climático.
  • Preparar nuestro estado de bienestar para una sociedad más longeva.
  • Promover un desarrollo territorial equilibrado, justo y sostenible.
  • Resolver las deficiencias de nuestro mercado de trabajo y adaptarlo a las nuevas realidades sociales, económicas y tecnológicas.
  • Reducir la pobreza y la desigualdad y reactivar el ascenso social.
  • Ampliar las bases de nuestro bienestar seguro.

A continuación, repasaremos las principales implicaciones del ya comúnmente conocido como Plan 2050 en la Ingeniería Civil y en las Obras Públicas. 

La Ingeniería Civil en el empleo

En relación a la Ingeniería, ésta se menciona directamente en el apartado relacionado con la Educación, en varios ámbitos. En primer lugar, en lo relacionado el sistema educativo actual y con la digitalización y la aplicación tecnológica de conocimientos como los que representa la Ingeniería Civil, tal y como se incluye en el documento oficial: “En las próximas décadas, la digitalización trasformará la forma en la que consumimos, procesamos y utilizamos la información. La generalización de tecnologías como la sensórica avanzada o la Inteligencia Artificial reducirá la importancia de los datos memorizados y supondrá una revalorización de las competencias sociales, emocionales y creativas, que son las que garantizarán un mejor desempeño en un mundo cada vez más complejo y especializado. Los estudiantes tendrán que aprender a trabajar con las máquinas y no a competir contra ellas, lo que exigirá un mayor conocimiento en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, Science, Technology, Engineering and Math en inglés)”. 

En segundo lugar, por la relación entre el sistema educativo, nuestro primer punto, y el mercado de trabajo. Tal y como recoge el Plan 2050, “existe, además, un desajuste notable entre las titulaciones más demandadas por el alumnado y las más solicitadas por los empleadores. Esta situación se da en prácticamente todos los países de Europa, si bien cobra formas distintas en unos y otros. En España, las carreras más demandadas son aquellas de la rama de ingeniería, industria y construcción, con casi un 25% del total de las ofertas de trabajo. Sin embargo, tan solo las cursan el 15% de la población graduada”. 

Teniendo en cuenta estos últimos datos, parece que la Ingeniería Civil ocupará un espacio importante en la consecución de nuevos empleos: “También será mayor la demanda laboral en ciencia e Ingeniería, necesitándose más especialistas en energías renovables, reciclaje, gestión de agua, rehabilitación de edificios o alimentación sostenible. De hecho, se estima que la transformación del sistema energético y el desarrollo de la Economía Circular generarán un aumento neto en el empleo en nuestro país de en torno a 250.000 personas, en media al año, de aquí a 2050”.

Esta educación y este empleo deberán ser más igualitarios, según insta el Gobierno, en los próximos años. No solo en lo referente a las condiciones de los trabajadores, independientemente a su condición social, sino en lo relativo al género, uno de los aspectos que fomentamos de manera continua en el Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas: “Seguir trabajando para reducir la brecha de género, tanto en el ámbito educativo (mayor presencia de mujeres en las ramas de ciencia, tecnología o ingeniería) como en el laboral (mayor presencia femenina en determinados sectores y condiciones laborales iguales), sabiendo que un aumento de la tasa laboral femenina contribuirá de manera notable a aumentar la productividad y el crecimiento a largo plazo de nuestro país. Para ello, sería conveniente combatir los estereotipos de género desde edades tempranas, poniendo el foco tanto en el ámbito familiar como en la educación primaria”. 

La Ingeniería Civil en la sostenibilidad

La Ingeniería Civil juega un papel fundamental en el desarrollo de la estrategia de los próximos 30 años de nuestro país y dentro de lo establecido por la Unión Europea. No solo en lo referente a las infraestructuras presentes, a través de su adaptación a la Economía Circular, sino también en las futuras, que se construirán en torno a las condiciones de envejecimiento de población, de desarrollo urbano y de sostenibilidad marcadas por los gobiernos internacionales. 

Si atendemos a los datos aportados por el Gobierno, el punto de salida de la Ingeniería Civil de nuestro país, representada por las infraestructuras clave (como las del transporte), es bastante bueno: “España dispone hoy de la 7ª mejor red de infraestructuras terrestres, portuarias y aéreas del mundo, algo que ha sido clave tanto para la internalización de su economía como para la mejor vertebración del territorio”. 

A lo largo de este texto veremos cómo estas infraestructuras jugarán un papel fundamental en todas las áreas económicas del país, todo desde el punto de vista de la sostenibilidad: “tendremos que convertirnos en una sociedad neutra en carbono, sostenible en el uso de recursos y resiliente antes de 2050. Esto implicará, entre otras cosas, cambiar radicalmente la forma en la que generamos energía, nos movemos, producimos y consumimos bienes y servicios, y nos relacionamos con la naturaleza. Tendremos que aprovechar toda nuestra riqueza en fuentes de energía renovable; reinventar las cadenas de valor; mejorar la gestión del agua; adaptar nuestras infraestructuras e impulsar la fiscalidad verde. Todo esto deberá hacerse sin dejar a nadie atrás y sin ampliar las desigualdades sociales”. 

Por ello, entre los objetivos del Plan 2050 se encuentra conseguir los ratios establecidos por la Unión Europea. Así, para mediados de siglo, el consumo de electricidad proceden de fuentes renovables se duplicará en toda la Unión, siendo de origen renovable en España al 100% para 2050. “Este cambio no será inmediato ni sencillo. Nuestro país tendrá que cerrar sus últimas centrales térmicas de carbón, lograr un cambio de hábitos de consumo entre la ciudadanía y mejorar mucho la eficiencia energética en todos los sectores. Asimismo, será necesario adaptar las infraestructuras y desarrollar una red eléctrica inteligente, digitalizada y flexible en todo el territorio; desarrollar el almacenamiento energético; reforzar la cadena de valor de las baterías, asegurando que sean eficientes, reciclables y asequibles; instalar puntos de recarga para impulsar la electromovilidad y realizar un despliegue masivo del parque de generación renovable”.

La apuesta por la energía renovable se basa en la fotovoltaica, que hasta ahora no cuenta con un gran desarrollo en nuestro país. De hecho, solo el 6% de la energía producida en España procede de esta fuente. “Una de las vías de expansión podría ser la creación de comunidades energéticas locales y la popularización de la generación distribuida mediante instalaciones fotovoltaicas de autoconsumo en tejados, algo que acarrearía numerosos beneficios para el conjunto del país: una mayor eficiencia asociada a la generación de electricidad cercana al consumo, la diversificación de los participantes del sector eléctrico, la concienciación de los usuarios de estas instalaciones, la movilización de recursos adicionales para la inversión en renovables, nuevos empleos y la reducción del impacto de la producción renovable sobre el territorio”. 

Todas estas medidas de eficiencia energética requieren profesionales cualificados en el diseño, construcción y mantenimiento de grandes infraestructuras, siendo los Ingenieros Civiles los llamados a cumplir esta función. 

La Ingeniería Civil en el tratamiento de aguas

La preservación de la costa y el abastecimiento de aguas es uno de los puntos más importantes en el Plan 2050, especialmente en plena polémica por el trasvase del Tajo-Segura. Uno de los efectos más llamativos del cambio climático es el movimiento de las aguas y la reducción del área costera, afectando directamente a la Península Ibérica y, por tanto, a España.

Los efectos del daño al Medio Ambiente “se han visto agravados por la sobreexplotación de la costa y los recursos marinos, ambos esenciales para el desarrollo de la denominada “economía azul”, en la que España es la primera potencia de la UE. Se han producido afecciones severas en el funcionamiento de ecosistemas enteros, como el del Mar Menor y se han dañado gravemente zonas de costas y sistemas dunares como el Parque Nacional de Doñana o las dunas de Maspalomas. La construcción de viviendas, infraestructuras y zonas pavimentadas se ha duplicado en los últimos 30 años, haciendo que la superficie ocupada por estas haya aumentado en unas 290 mil hectáreas, equivalente a cinco veces la ciudad de Madrid”. 

“Para poder revertir, en alguna medida, estos daños y para evitar males menores, desde el Gobierno se tratará de “Incrementar la resiliencia de nuestras infraestructuras costeras y marinas y de los asentamientos humanos situados en la costa, utilizando infraestructuras, nuevas tecnologías y soluciones basadas en la naturaleza, como la regeneración o restauración de marismas, praderas de posidonia, sistemas dunares o playas”. 

Con el fin de llevar a cabo la adaptación de estas infraestructuras a las necesidades ecológicas de nuestro entorno es fundamental la labor del Ingeniero Civil, que actualmente desarrolla nuevos procedimientos y materiales para el llenado de costas y la incorporación de tubos geosintéticos para su mantenimiento. 

Y de la costa, a las ciudades. La estrategia planteada recoge, además, el abastecimiento de las aguas, así como su posterior reciclado, evitando incrementar el coste ambiental y haciendo referencia a la Ley de Residuos de inminente aprobación: “Mejorar la eficiencia de los sistemas de abastecimiento urbano, riegoagrario y tratamiento de agua potable y aguas residuales mediante la modernización de infraestructuras y la introducción de nuevas tecnologías como los sensores y el big data, que permiten detectar fugas y abusos de manera casi inmediata, seguir a tiempo real la necesidad hídrica de los cultivos, controlar el uso de fertilizantes y pesticidas, y medir la calidad de las aguas. […] Modificar el régimen económico y financiero de la Ley de Aguas, basándose en los principios de recuperación de costes y de “quien contamina, paga”. El objetivo debe ser incrementar el nivel de recuperación de las inversiones públicas, establecer tributos sobre ciertos usos de agua que generan presiones sobre el Medio Ambiente, e integrar los riesgos en las disponibilidades hídricas causados por el cambio climático, de modo que el coste del servicio permita cubrir los gastos derivados de la adecuación y modernización de las infraestructuras que habrán de realizarse en la próxima década”. 

La Ingeniería Civil en las ciudades

Las ciudades, tanto por parte de la Organización de Naciones Unidas como por la Unión Europea, son uno de los grandes elementos que cambiar de cara al desarrollo social más inmediato.

Si bien hasta los años 80 las ciudades en España han seguido un modelo de ciudad mediterránea, “que se caracteriza por ser compacto, registrar diversidad de usos (residencial, comercial y servicios) y buscar la cercanía entre ellos”, a partir del boom de la Construcción esta tendencia se vio modificada. “A partir de los años noventa, sin embargo, los procesos de suburbanización (crecimiento de zonas residenciales a las afueras de las ciudades y protagonizados por las clases medias) fueron transformando este modelo urbano hacia uno más disperso y de menor densidad, el cual lleva asociado un mayor consumo de suelo, un incremento de la presión ambiental, mayores tiempos de desplazamiento, y un aumento significativo de los costes en la provisión de servicios”. 

El desarrollo de las ciudades de periferia ha provocado un incremento en el consumo de suelo y también un desagravio con respecto a las zonas de campo. Así, “se estima que, en 2050, el 88% de nuestra población vivirá en ciudades y que la España rural perderá casi la mitad de sus habitantes”. 

Para evitar esta situación, el Plan 2050 propone “conseguir que las ciudades españolas sean más verdes, ampliando y rediseñando los parques y jardines para que tengan especies más resilientes y menos demandantes de agua; creando espacios sin ruido; impulsando la construcción de fachadas y azoteas vegetales; fomentando la creación de huertos urbanos y periurbanos y el desarrollo de tecnologías como la hidroponía o la aeroponía; y potenciando la reutilización de aguas grises y la captación de aguas pluviales para el riego. Al hacerlo, las ciudades aumentarán su papel como sumideros de carbono y reducirán mucho su consumo de recursos, mejorando además su autosuficiencia en el suministro de alimentos, fomentando la biodiversidad y aumentando su resiliencia al cambio climático. Por último, habrá que asegurar una mejor conectividad física entre las ciudades, con independencia de su tamaño, y el resto del territorio, a través de la incorporación de un nuevo paradigma de modernización y sostenibilidad ambiental en las infraestructuras, el impulso del ferrocarril y el desarrollo de los nodos de transporte intermodal”. 

En cuanto a la Ingeniería Civil, presente en la creación de infraestructuras básicas para el transporte, el suministro de servicios básicos y la organización de las viejas y nuevas ciudades, se ha de enfocar en la rehabilitación y no tanto en la construcción de nuevas estructuras: “El sector de la Construcción deberá centrarse menos en la creación de nuevos edificios y más en la rehabilitación, restauración y regeneración de aquellos que ya existen. Los criterios medioambientales serán clave, promoviendo la durabilidad, la reutilización y reciclaje de materiales, el uso de materiales alternativos que reduzcan la huella de carbono, la mayor presencia de infraestructuras verdes (como azoteas o fachadas vegetales), la mejora de la eficiencia energética, la instalación de sistemas que permitan un mejor aprovechamiento de los recursos (como los sistemas de captación de agua de lluvia), y el fomento de la construcción de viviendas de emisiones nulas”. 

No obstante esto, se presenta una dicotomía, especialmente en el entorno rural. Mientras que en las urbes se tiende a la rehabilitación, en la España Vacía se fomenta la adecuación en la “oferta de infraestructuras y servicios públicos en los núcleos rurales en función de criterios de demanda, de cobertura de necesidades básicas y de eficiencia, con especial atención a los territorios en riesgo de despoblación. El principio esencial será asegurar que se provean servicios de calidad, decidiendo el enfoque o la estrategia más adecuada según la situación de cada municipio”. 

En resumen, los grandes conceptos como la sostenibilidad, el empleo y la formación pasan por la implicación de la Ingeniería Civil en el desarrollo social y económico de nuestro país en las próximas décadas. Un reto que vendrá acompañado de la adaptación de nuestros profesionales, Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles, a las nuevas necesidades del entorno.

Para conocer más información sobre “España 2050: Fundamentos y propuestas de una Estrategia Nacional de Largo Plazo”, podéis seguir este enlace.