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Cimbra Histórica. Las subdivisiones de Obras Públicas en la zona norte de Marruecos

Martes, 15 Junio, 2021

Hoy, en Cimbra Histórica, la sección mensual del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas que recoge los artículos antiguos de la revista de Ingeniería Civil del CITOP, repasamos el papel de los Ayudantes de Obras Públicas en la zona norte de Marruecos.

En este número, correspondiente a mayo-junio de 1964, se explica la suerte de estos profesionales ante el cese del Protectorado español en el país africano en 1956 (dos años más tarde para el área del Sáhara), con un desempeño de la Ingeniería Civil que permitió el desarrollo de infraestructuras básicas en un área aún por explotar. 

La independencia de Marruecos llevó implícita una reorganización en los servicios administrativos que afectó, como es lógico, a los técnicos españoles que trabajaban en la zona correspondiente al antiguo Protectorado. El autor de este artículo estudia la reforma en cuanto a la participación que en ella tuvieron los Ayudantes de Obras Públicas españoles que concertaron contratos con el gobierno marroquí, los cuales fueron equiparados a efectos técnicos, administrativos y económicos a los “Ingenieurs des Travaux Publics d’Etat” de Francia.

A partir del mes de abril de 1956, fecha de la independencia de Marruecos, todos los servicios, tanto técnicos como administrativos, del Protectorado español comenzaron a sufrir un cambio estructural notable, puesto que de una administración semejante en líneas generales a la de España se orientó hacia la francesa. Los servicios hasta entonces centrales del Protectorado pasaron a ser provinciales y a depender directamente de la Administración de Rabat. Las condiciones económicas y de servicio de los funcionarios sufrieron igualmente cambios muy apreciables. 

El siete de julio de 1957, fue suscrito entre el gobierno español y el marroquí un convenio de asistencia administrativa y técnica, a fin de establecer las condiciones por las que los antiguos funcionarios del Protectorado se integrarían en la Administración marroquí.

Según dicho convenio, el gobierno de marruecos tendría la facultad de escoger entre los antiguos funcionarios los que a su juicio le fueran necesarios para la marcha de su administración, debiendo entregar su relación al gobierno español dentro del plazo de seis meses, con una oferta de contrato particular nominativo para cada funcionario. El resto de los funcionarios quedaban a disposición del gobierno español. 

Las cosas se alargaron más de lo previsto en el convenio, ya que, aunque con efectos económicos retroactivos, hasta el mes de junio de 1958 no fueron entregados los contratos. Hasta cierto punto, es comprensible este retraso, debido a la inmensa tarea de la Comisión de Integración, ya que había que estudiar en cada caso las condiciones particulares de cada uno, el título, los años de servicio –dentro y fuera de la Administración-, etc., a fin de obtener el “índice” dentro de la catalogación técnica o administrativa del mismo y que servía de base reguladora de los emolumentos anuales. Así se comprenderá el trabajo enorme y la responsabilidad que tuvo a su cargo la citada Comisión de Integración de Rabat.

Integración de los Ayudantes de Obras Públicas

La citada comisión decretó que los Ayudantes de Obras Públicas españoles se integrarían a efectos técnicos, administrativos y económicos, en la categoría de “Ingenieurs des Travaux Publics d’Etat”, de Francia, con las mismas responsabilidades y derechos y con esta denominación fueron ofrecidos los contratos a los seis Ayudantes de Obras Públicas que en aquella fecha prestaban sus servicios en Marruecos, en calidad de funcionarios en activo españoles. 

Organización de los servicios de Obras Públicas

Los problemas a los que se enfrentó el Gobierno marroquí en aquellas primeas fechas de su nacimiento como nación soberana fueron enormes. El principal de ellos fue el del paro obrero. La iniciativa privada era escasa o casi nula y el Estado debía suplir esta falta en la zona norte, siendo por consiguientes las Obras Públicas la que de momento debían de crear puestos de trabajo inmediatos, con vistas a disminuir dicho paro. Así, se iniciaron gran cantidad de obras de tierra en variantes de carreteras y explanación de canales, que fue preciso proyectar, replantear y ejecutar sobre la marcha, puesto que los momentos críticos en los que el país vivía no permitían demora alguna.

Fueron reorganizados los servicios de Obras Públicas con una organización semejante a la de la zona sur. Fue creada una División de Obras Públicas en Tetúan (Arrondisement des Travaux Publics) y que tendría a su cargo todos los servicios de la zona norte –antiguo Protectorado español- y que abarcaba Carreteras, Hidráulica, Puertos, Transportes y Electricidad. Su jefatura correspondía a un “Ingenieur des Ponts et Chaussées” y dependía directamente de una dirección (“Circunscription”) de Rabat, integrada en el Ministerio de Obras Públicas.

A su vez, dicha división estaba formada por varias subdivisiones, que extendían sus funciones a varias provincia y cuya jefatura correspondía a un “Ingenieur des Travaux Publics d’Etat”, es decir, a un Ayudante de Obras Públicas.

Se crearon seis subdivisiones, encargadas de todos los servicios de Obras Públicas en la zona Norte, cuatro de ellas encargadas de los servicios de carreteras –el de mayor importancia presupuestaria-, cuyas cabeceras se situaron en las ciudades de Tetuán, Larache, Alhucemas y Nador, estando al frente de las mismas, en calidad de Ingeniero Subdivisionario jefe de cada una de ellas, respectivamente, los compañeros Tomás Usán, Gonzalo Baeza, Victorino González y Eduardo Martínez.

Las otras dos subdivisiones fueron la de Puertos, encargada de estos servicios y dirigida por el compañero Antonio Delmas, y la restante, correspondiente a los servicios hidráulicos y eléctricos, cuya jurisdicción abarca solamente la región occidental de la zona norte, es decir, hasta la desembocadura del río Nekor y cuya jefatura asumí.

Las subdivisiones de Obras Públicas. Organización técnica y administrativa

De esta forma, por los motivos antes señalados, nacieron en la zona norte de Marruecos las subdivisiones de Obras Públicas, con características iguales a  sus hermanas de la zona sur, implantadas por Francia en su Protectorado a semejanza de las de la metrópoli. 

El personal técnico titular de cada subdivisión está constituido por:

  • Un Ayudante de Obras públicas. 
  • Tres Adjuntos Técnicos (provenientes de escuelas especiales).
  • Tres Agentes Técnicos. 
  • Cuatro Delineantes. 

La misión encomendada a cada técnico es bien definida. El jefe de la subdivisión, jefe administrativo y técnico, redacta los proyectos, informes, contratos de obras, memoria, etcétera y somete su aprobación al feje del “Arrondissement”, dirige las obras y propone igualmente los planes de trabajos que realizar en su provincia, según el resultado de reuniones habidas en el gobierno de la misma, con los representantes provinciales y que sirven de base para la redacción de los planes de trabajo de los años venideros. 

De otra parte, el jefe de la subdivisión es el representante provincial del Ministerio de Obras Públicas ante el Gobernador de la provincia o provincias de su jurisdicción y en calidad de tal asesora al mismo.

El adjunto técnico efectúa la toma de datos de campo, ejecuta replanteos, cubicaciones, valoraciones, etc., siendo el colaborador íntimo, con propia personalidad, del Ingeniero subdivisionario.

Por último, el agente técnico, con capacidad técnica conocida, puesto que proviene de los número bajos de las promociones de la Escuela de Adjuntos Técnicos, suele tener su misión principal en el campo, vigila dos o tres obras que, a su vez, tienen vigilantes sin título técnico, a pie de obra, y tiene asignado, sin conductor, un vehículo utilitario, que suele ser un dos CV para su servicio.

En el aspecto administrativo, cada subdivisión dispone de varios funcionarios administrativos, figurando entre ellos el Secretario del despacho, el Jefe de Contabilidad y el Pagador de gastos por la Administración.

La subdivisión posee su propio servicio de contabilidad. Los créditos le son abiertos por el “Arrondissement”, al cual le han sido concedidos, a su vez, por la “Circunscription”. 

Misiones realizadas por las subdivisiones

Una de las principales dificultades con las que tropezaron todos los jefes de subdivisión fue no solamente la derivada del cambio de sistema administrativo, sino la producida por el nuevo idioma oficial, ya que prácticamente la unión a través del “Arrondisement” y con los gobernadores se efectuaba en lengua francesa. Por ello, fue precios situarse a la altura de las circunstancias y prescindir de intérpretes que nos colocaban en posición de inferioridad.

Como anteriormente dijimos, el objetivo principal encomendado a las nacientes subdivisiones fue proponer las obras más urgentes y de características especiales, a fin de que, sin el concurso de medios especiales, el porcentaje de mano de obra no calificada fuera elevado. 

De esta forma, se consiguió entre las dos subdivisiones de Tetuán –Carreteras e Hidráulica-, alcanzar efectivos superiores diarios de empleo de 10.000 peones, cifra altamente significativa de los trabajos realizados. 

Más adelante, con el comienzo de los planes bienales de Obras Públicas, fueron disminuyendo estos efectivos, ya que se traspasaron a los planes de carreteras, hidráulica, montes, etc.

De la labor, trabajo y obras realizadas pro las subdivisiones de carreteras, da una idea el presupuesto de la de Tetuán, de 90 millones de pesetas y consumido en su totalidad. 

La tarea impuesta a la subdivisión de hidráulica y de electricidad se centró principalmente en el perímetro del Martín y en el Lau, de 800 y 1.200 Ha., respectivamente, y en la ampliación del abastecimiento de agua a la ciudad de Tetuán. Fue realizada como obra principal en el primer perímetro el aliviadero, en pozo con canal de descarga de la presa del Najla, capaz para evacuar riadas de 700 m3.

Se ejecutaron también varios kilómetros de canales principales en el segundo de estos perímetros y toda la red de acequias correspondientes a una extensión de 500 Ha., y el equipamiento de varios pequeños perímetros.

Como resumen, podemos indicar que todas las subdivisiones funcionaron y siguen funcionado, a completa satisfacción del Gobierno marroquí, como prueba el cariño y sentimiento públicamente demostrado en los actos de despedida ofrecidos por los jefes y gobernadores provinciales, cuando alguno de estos compañeros, por motivos particulares o familiares, solicitaron su baja en la Administración marroquí al término de su contrato. 

Solamente quiero añadir que todos los compañeros que allí hemos trabajado y los que aún continúan, realizan su labor con infatigable esfuerzo y lealtad hacia el Gobierno marroquí a fin de que quede lo más alto posible el prestigio de España y el de nuestra querida profesión.

Autor. Alberto de Motta. Ayudante de Obras Públicas

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