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Urbanismo accesible: el gran objetivo de la Ingeniería Civil

Lunes, 21 Junio, 2021

La accesibilidad debe ser contemplada como un bien común para todos los ciudadanos. Debe incorporarse como un parámetro más de bienestar social. Posibilita la conservación de las ciudades y su disfrute. Esta es la estrategia de APAMEX, la Asociación para la Atención y la Integración Social de las Personas, tal y como nos revela en el número 419 de la revista de Ingeniería Civil Cimbra. 

Recogemos, a continuación, dicho artículo, en el que se analiza el papel de los Ingenieros Técnicos de Obras Públicas y de la Ingeniería Civil en la realización de los objetivos de urbanismo universal. 

Como entidad que trabaja desde el enfoque propositivo, desde la Asociación para la Atención y la Integridad Social de las Personas con Discapacidad Física de Extremadura (APAMEX), tenemos muy claro que son muchos los gremios profesionales que son nuestros aliados y tienen una relación directa con nuestra integración social, siendo uno de ellos el de los Ingenieros Técnicos de Obras Públicas. Éstos tienen, en el desempeño de su profesión, plenas atribuciones en el diseño, en la construcción, en el mantenimiento y en la gestión de las infraestructuras, así como de las posteriores edificaciones en los pueblos y ciudades en las que debe estar garantizada la igualdad de oportunidades de todos los ciudadanos, entre los que estamos las personas con necesidades de accesibilidad. 

No podemos obviar que cuando defendemos nuestros derechos lo tenemos que hacer en la doble vertiente del diseño universal y de la accesibilidad. Ello nos lleva, en lo referente al diseño, a que todas las personas puedan utilizar los productos, los entornos, los programas y los servicios, sin necesidad de adaptación o de un diseño especializado.

En lo relativo a la accesibilidad, se trata de contar con las medidas que garanticen que todos podamos acceder en igualdad de condiciones con los demás al medio físico, a los medios de transporte, a la información y a las comunicaciones, incluyendo los sistemas y las tecnologías de la información y de la comunicación, así como a otras prestaciones y servicios abiertos u ofrecidos al público, tanto en las zonas rurales como urbanas. La suma de ambos, accesibilidad y diseño universal, amparan el cumplimiento de nuestras libertades y derechos.

Para mayor hincapié, cabe destacar que la Agenda 2030 contempla como un Objetivo de Desarrollo Sostenible conseguir que los pueblos y que las ciudades sean inclusivos, sostenibles, seguros y resilientes. En definitiva, que entiendan y atiendan las necesidades de nuestra humanidad diversa, dinámica e interactiva en evolución. 

En concreto y centrándonos en la urbanización, debe garantizarse que cumpla su función, como es la de ofrecer oportunidades para la inclusión social y el acceso pleno a los servicios y medios de vida, con especial incidencia en las personas que más dificultades tienen: las que presentan necesidades de accesibilidad y las que cuentan con una edad avanzada.

Las cifras no dejan lugar a dudas. Las personas con necesidades de accesibilidad ligadas a discapacidades, junto con las de edad avanzada, constituyen un 25% de la población mundial. Y se encuentran con numerosas barreras para su inclusión efectiva en los pueblos y en las ciudades, entre los que se está principalmente el acceso a los medios de transporte y espacios públicos, al empleo y a la formación, a la educación, a la sanidad y a la cultura, entre otros aspectos. 

Por ello, nos vemos obligados de forma ineludible a la eliminación de barreras innecesarias y la adopción de políticas de desarrollo urbano, inversiones y programas inclusivos. Para que las ciudades puedan mejorar los resultados en materia social y económica para todas las personas, se han de liderar iniciativas políticas que promuevan la accesibilidad y el diseño universal en zonas urbanas, viviendas y medios de transporte a precios más asequibles, garantizando una mejor movilidad, unos espacios públicos seguros y programas de inclusión social. 

No hacen falta más argumentaciones para dejar patente que el trabajo y la implicación de los Ingenieros Técnicos de Obras Públicas e Ingenieros Civiles es decisivo en el diseño, en la construcción, en el mantenimiento y en la gestión de las infraestructuras, por su conocimiento de las materias relacionadas con la planificación y desarrollo de las ciudades, así como en la organización u ordenación de los edificios y espacios de una ciudad (calles y avenidas de las edificaciones).

Esto los convierte en protagonistas de las decisiones que se tomen en el ámbito de las infraestructuras, que permitan el suministro y el acceso a materias básicas, como el agua y la electricidad. También en lo relativo a los espacios públicos, que faciliten la gestión de esos recursos y la socialización entre iguales.

Sin duda, uno de los grandes retos es lograr modificar la manera de comprender las ciudades para realizar obras de mejora en parques públicos, la adaptación de edificios, la incorporación de servicios de bicicletas públicas eléctricas, carriles bici y de autobuses urbanos, el soterramiento de vías ferroviarias, etc. Esto influye a medio plazo en lograr movimientos de la población urbana, logrando garantizar derechos e igualdad de oportunidades en la tendencia imparable de fijar población alrededor de grandes urbes. El ordenamiento del urbanismo, que responde al Objetivo de Desarrollo Sostenible número 11 de la Organización de Naciones Unidas, “Ciudades y Comunidades Sostenibles”, ha de cumplir, además, con la reducción de barreras sociales y económicas y con la eliminación de los reductos, logrando la unificación de áreas económicas dispares en un mismo entorno. 

La estrategia APAMEX: compartir responsabilidades y trabajar desde lo positivo

En este sentido, desde nuestra entidad APAMEX, venimos trabajando de forma denodada en complicidad con los políticos y técnicos, propiciando que las actuaciones que acometen los Ayuntamientos en la ejecución de plataformas únicas y peatonalización de viales cumplan la normativa en materia de accesibilidad.

Todo esto se ha visto incrementado con motivo de la pandemia, ante la urgente necesidad de abordar actuaciones seguras en las calles y plazas de nuestros municipios, insistiendo en la oportunidad de adelantar las obras previstas en plataformas únicas de uso peatonal o, en su caso, plataformas únicas de uso mixto con la necesaria adaptación a la normativa de accesibilidad. Por otro lado, medidas urgentes y provisionales para hacer frente a la generación de espacios públicos y peatonales o ciclistas de cara a la nueva normalidad que ya vivimos. Todo ello, con la finalidad de que se favorezca el tránsito de la población de forma segura, cómoda y accesible en garantía de las medidas de distanciamientos y de los derechos de las personas. 

Centrándonos en nuestra experiencia regional y en las referencias normativas, la LOTUS (Ley de Ordenación Territorial y Urbanística Sostenible de Extremadura), en su artículo sobre criterios de ordenación sostenible y, en concreto, en el apartado 2 de “Movilidad y accesibilidad”, en el cual  se hace una mención expresa al diseño de espacios y comunicaciones, establece la prioridad del espacio peatonal y ciclista frente a los desplazamientos motorizados, así como al transporte público frente al privado.

En este sentido, la movilidad ciclista también debe ser regulada puesto que se potenciará con objeto de promover los desplazamientos individuales como una medida de la nueva normalidad. En los cascos históricos, donde la trama no permita desarrollar los desplazamientos peatonales y ciclistas, así como el transporte público en condiciones de accesibilidad, se favorecerán las calles peatonales frente a las rodadas. 

Peatonalización de viales

Para la adaptación de los viales a las necesidades de espacio que nos establece la nueva normalidad, juega un papel fundamental la existencia de los requisitos básicos de accesibilidad para garantizar la conexión a las nuevas zonas peatonales e incorporar, en los casos en los que sea necesario, elementos provisionales tales como rampas, señalización de itinerarios, elementos de protección, áreas de descanso con su correspondiente mobiliario urbano, etc. 

Las zonas peatonales habilitadas por razón de la COVID deben dar cabida a toda la población y a sus diferentes modos de desplazamiento. Para esto, se debe considerar el reciente concepto de “unidad de movilidad”, el cual englobaría a personas que llevan del brazo a otra y deben tener un recorrido que haga posible que esta unidad de movilidad no se rompa, por ejemplo, personas dependientes que no puedan caminar solos, progenitor con uno o dos hijos que deban llevar de la mano, etc.  

Con respecto a los ciclistas, éstos deben respetar las zonas peatonales, utilizando los carriles habilitados para su tránsito o bien limitándose el uso de bicicleta en algunos viales o espacios. Con el objeto de reducir plazas de aparcamiento en determinados lugares, el municipio puede invocar para solares sin edificar los artículos 139 y 141 de la LOTUS y realizar un convenio con sus propietarios para que, de forma gratuita, puedan usarse éstos para playas de aparcamientos, zonas de esparcimiento, mercados, etc. En todo caso, se debe prever la reserva de plazas aparcamiento accesible próximas a nuevas zonas peatonales.

Creación de plataformas únicas

Para una adecuada ejecución de las plataformas únicas, en concreto en las diferentes vías de Extremadura, es necesario tener como referencia lo recogido en la normativa vigente en materia de accesibilidad en lo concerniente a la urbanización.

Por un lado, hablamos de la Orden VIV/561/2010, de 1 de febrero, por la que se desarrolla el Documento Técnico de Condiciones Básicas de Accesibilidad y No Discriminación para el Acceso y Utilización de los Espacios Públicos Urbanizados. Por otro, hablamos del Decreto 135/2018, de 1 de agosto, por el que se aprueba el Reglamento que regula las Normas de Accesibilidad Universal en la Edificación, Espacios Públicos Urbanizados, Espacios Públicos Naturales y el Transporte en la Comunidad Autónoma de Extremadura. De dichas normas, destacamos como requisitos indispensables para los itinerarios peatonales accesibles su ubicación colindante o adyacente a la línea de fachada y su anchura libre de paso no inferior a 1,80 metros.

En base a ello, en los casos en los que el ancho de la vía no permita la separación entre el itinerario vehicular y el itinerario peatonal, se debe adoptar la solución de "Plataforma Única de Uso Mixto con Prioridad Peatonal", es decir, el peatón y el vehículo compartirán espacios de tránsito, dejando claro que la prioridad será del peatón. 

Para ello, debemos recurrir al empleo de un único pavimento en su totalidad, acorde con las características del itinerario peatonal accesible (duro, estable, antideslizante, sin piezas sueltas, continuo, etc.) y que evite asemejarse al pavimento que pudiera ser interpretado por el conductor como correspondiente a calzada.

Es necesario reforzar, mediante la señal vertical adecuada al inicio y final de la calle, conforme al Reglamento General de Circulación. Incluso en ocasiones, la señalización puede resultar insuficiente, por lo que un factor de diseño para incidir en la prioridad peatonal de estos espacios, podría consistir en la instalación estratégica elementos de mobiliario urbano en determinados puntos. 

Además de lo anterior, la normativa también ofrece la posibilidad de, aun teniendo anchura suficiente, sea posible recurrir a la ejecución de plataforma única por cuestiones morfológica de la propia vía, la cual podríamos identificar como "Plataforma Única de Uso Mixto con Tráfico Segregado". La peculiaridad de estas últimas, consiste en que la acera y la calzada se sitúan a un mismo nivel, pero la movilidad de los peatones debe proyectarse a través de itinerarios accesibles y sus correspondientes pasos de peatones, como ocurre en el resto de vías en las que sí existe diferencia de cota.

Conclusiones

Gran parte de la labor y los resultados de APAMEX es posible gracias a que contamos con una herramienta de excepción, la Oficina Técnica de Accesibilidad de Extremadura (OTAEX), que pusimos en marcha en el año 2008 desde esa estrategia propositiva que caracteriza a nuestra actividad y que, en concreto en lo relativo a esta oficina, es por el convenio que mantenemos desde APAMEX con la Dirección General de Accesibilidad y Centros de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura. 

Autor. Jesús Gumiel Barragán. Presidente de la Asociación para la Atención y la Integración Social de las Personas con Discapacidad de Extremadura (APAMEX).

Artículo completo en Cimbra 419.