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El Ingeniero Civil en… La Nueva Movilidad (parte 2)

Lunes, 23 Mayo, 2022

Hace un año, en la web del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, nos hacíamos eco de la labor del Ingeniero Civil en la Nueva Movilidad. Además, recientemente, hemos publicado un vídeo divulgativo sobre el papel de la Ingeniería Civil en la Agenda 2030, donde es primordial la búsqueda de nuevas fórmulas de desplazamiento de personas y, también, de mercancías. 

Recientemente, con motivo de Santo Domingo, el Colegio ha participado en una mesa abierta en Libertad FM en la que se han analizado las ventajas y los inconvenientes del hidrógeno y de la electricidad en la Nueva Movilidad, un ámbito más de los Ingenieros Civiles en la gestión de las infraestructuras, especialmente urbanas.

Si atendemos a la situación energética actual, en la que los precios de la electricidad se incrementan cada semana y la carestía de cualquier energía tradicional está a la vuelta de la esquina, ¿es viable plantear un nuevo modelo de movilidad basada en esta fuente? 

Según El País, en un artículo de julio de 2021, “Hoy en día, la electricidad tiene demasiadas emisiones asociadas, mientras que el hidrógeno sale excesivamente caro”. En cuanto a la primera, la electricidad, la solución más viable es el uso de baterías que utilicen energías renovables: “La solución consiste en alimentar a gran parte de esa nueva flota eléctrica con electricidad limpia, producida con energías renovables (eólica, solar, hidráulica), creando así un círculo virtuoso casi perfecto. Pero esa producción limpia tendrá que crecer, y mucho, porque hoy en día no llega al 20%”.  

En cuanto al hidrógeno, es la energía más abundante del planeta, pero ha de extraerse y almacenarse. Si bien este problema parece estar más o menos resuelto por la Ingeniería, los costes pueden ser muy elevados: “a vía para obtener el hidrógeno más puro está en sacarlo del agua (H2O), mediante electrólisis, aplicando una corriente que permite separar el hidrógeno del oxígeno”. No obstante esto, parece que se están dando pasos en la extracción del metanol: “Este alcohol se produce actualmente en grandes reactores industriales, aplicando altas presiones y dióxido de carbono. Pero ya se ha conseguido sintetizar metanol de una forma mucho más sencilla: a partir de CO2, agua y electricidad (de fuentes renovables), y utilizando un elemento catalizador de muy bajo costo”.  

No obstante, sí que es cierto que el hidrógeno, tal y como comentaba Cristina Beneroso, Secretaria Técnica del Consejo del Colegio de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, en su intervención en Libertad FM, la reconversión de los vehículos tradicionales a esta nueva movilidad es más sencilla y económica que la adquisición de un coche eléctrico, apenas sin mercado de segunda mano.

Pero falta por resolver el gran problema del hidrógeno a día de hoy en nuestro país: la infraestructura a él asociada.

Falta de infraestructuras

La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), publicó a finales del año pasado un decálogo para la aceleración de los vehículos de hidrógeno en nuestro país. 

Entre los puntos principales, se encuentran las infraestructuras, donde los Ingenieros Civiles son clave, tanto para el aseguramiento del suministro como para el desarrollo de puntos de recarga: 

  • Medida 1. Planes de incentivo a la compra de vehículos.
  • Medida 2. Planes de ayuda para el desarrollo de la infraestructura de repostaje de hidrógeno. Si bien la Hoja de Ruta del Hidrógeno habla de 2030 para el despliegue de esta energía, los fabricantes solicitan acelerar los pasos a 2025, con una infraestructura que permita el suministro en toda España. “Para ello, es necesario desarrollar los mecanismos de ayuda y dotaciones más adecuados que permitan cubrir, al máximo nivel de porcentaje, las altas inversiones necesarias que, en primera instancia deberán estar vinculadas a flotas cautivas y privadas, para garantizar un consumo de hidrógeno mínimo que justifique la inversión necesaria para la instalación de un punto de repostaje, permitiendo una amortización de la instalación más rápida”.
  • Medida 3. Garantizar un coste competitivo del hidrógeno verde.
  • Medida 4. Marco de homologación, puesta en circulación y fin de vida de los vehículos de hidrógeno
  • Medida 5. Límites de hidrógeno en la red de gas natural.
  • Medida 6. Creación de un sistema de Garantías de Origen.
  • Medida 7. Barreras administrativas asociadas al despliegue de infraestructura de suministro de acceso público. En este punto, entran en juego las hidrogeneradoras, estaciones de servicio para el suministro de hidrógeno. Se requiere una normativa específica y la simplificación de los trámites para su implantación. 
  • Medida 8. Apoyo a la investigación y desarrollo de vehículos de hidrogeno.
  • Medida 9. Impulsar planes de formación sobre el hidrógeno.
  • Medida 10. Gobernanza del despliegue de la movilidad basada en el hidrógeno.

Actualmente, en España, con datos de 2021, contaríamos con una seis hidrogeneradoras en todo el territorio, en su mayoría privadas. En enero de 2022, el CSIC presentaba el primer punto de recarga público, que de manera autosuficiente, solo podría recargar diez vehículos al día. 

Además de las acciones gubernamentales, que han de fomentar el desarrollo de este tipo de energía, considerada como del futuro, los Ingenieros Civiles también están buscando nuevas fórmulas de encajar las infraestructuras de recarga y de adaptar las necesidades de esta nueva movilidad a las nuevas ciudades. 

Ahora mismo, se están configurando en nuestro país la mayoría de Zonas de Bajas Emisiones (con la nueva normativa que determina estas áreas en poblaciones de más de 50.000 habitantes). Éstas contarían con restricciones de tráfico, no para los vehículos eléctricos y de hidrógeno, y el Ingeniero Civil ha de actuar con todas las opciones de paso de coches autorizados, así como su potencial de uso. Solo de esta manera se podrá adaptar a las necesidades reales de la población.

En este sentido, por tanto, se han de gestionar las urbes, en plena adaptación a las ZBE, al futuro más cercano de los vehículos eléctricos y de hidrógeno, de tal manera que no se requieran modificaciones más drásticas para la ciudadanía posteriormente (como es el caso de obras públicas en las áreas urbanas).