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¿Qué es un ERTE? Puntos principales que tener en cuenta

En las últimas horas planea sobre muchos trabajadores la situación de la suspensión temporal de su puesto de trabajo, más conocido como ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo).

El Estatuto de los Trabajadores en su artículo 47, prevé la posibilidad de suspensión del contrato o reducción de jornada por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción o derivadas de fuerza mayor, como es esta situación que por una situación imprevisible, involuntaria y externa a la empresa se imposibilita la actividad laboral.

Las empresas, siguiendo el procedimiento establecido para ello (que exige comunicación a los trabajadores y a la Autoridad Laboral, que deberá constatar la concurrencia de fuerza mayor, y  el informe de la Inspección de Trabajo) podrán solicitar la suspensión de los contratos de trabajo, lo que conlleva el cese temporal de la prestación laboral y por consiguiente de la percepción del salario. 

Es una medida temporal, que si bien no tiene fijado un límite deberá responder estrictamente a la duración de la situación coyuntural que se pretende superar, en este caso la paralización de la producción, por las razones que todos conocemos sobradamente.

Entre las medidas anunciadas por el Gobierno se prevén algunas encaminadas a facilitar los trámites y las autorizaciones para la puesta en marcha de las suspensiones temporales de empleo, de las que se irá informando a medida que vayamos teniendo conocimiento de su alcance.

La temporalidad de la medida es la principal diferencia con la extinción de los contratos de trabajo aunque las causas puedan ser las mismas. De esta forma, una situación de ERTE:

• No genera derecho a indemnización alguna, puesto que el contrato no se extingue.
• Sigue manteniendo la cotización a la Seguridad Social.
• Es un tiempo computable a efectos de indemnización en caso de posterior despido.
• Suspende el derecho a la percepción del salario y por tanto también de la parte proporcional de pagas extraordinarias.
• Suspende la generación de vacaciones.
• Se considera una situación de desempleo involuntario pues es ajeno a la voluntad del trabajador lo que da derecho a percibir la prestación por desempleo, si se cumplen los requisitos exigido para dicha percepción.
• La suspensión causa efecto desde el momento en el que se produce el hecho causante, en este caso puede ser considerado la declaración del estado de alarma, si ese es el momento en el que la actividad empresarial se suspende.

Es importante resaltar que no se ha limitado el derecho al trabajo, por el contrario, en el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo por el que se declara el Estado de Alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19. El desplazamiento al lugar de trabajo para efectuar la prestación laboral, profesional o empresarial es una de las excepciones a la limitación de la libertad de circulación de las personas. 

En el ámbito de la Ingeniería Civil no existe una paralización general impuesta, sin perjuicio de las medidas concretas a adoptar en cada centro de trabajo derivado de su particular situación, siempre dirigidas a evitar la propagación del virus, por lo que se deberán seguir las recomendaciones generales, dictadas al respecto.

Entre otras, se ha generalizado el teletrabajo que no supone una variación sustancial y que no afectará al salario ni a la relación laboral.

Sin embargo, a pesar de no estar incluidas de entrada en las actividades cuyo cierre ha sido decretado,  diversas razones derivadas de la pandemia, ha hecho que muchas empresas vean mermada su producción, incluso paralizada, razón por la que han optado por tomar medidas más drásticas en relación con el empleo.

NOTA. Este texto se trata de una información cuya realidad puede verse modificada por las medidas que adopten las autoridades competentes en el ámbito laboral durante el Estado de Alarma decretado por el Gobierno de España.